Revista Costarricense de Orientación

ISSN 2215-6615

Vol. 2 Num. 2, Julio-Diciembre, 2023, p. 1-17

https://www.rco.cpocr.org/index.php/rco/index

https://doi.org/10.54413/rco.v2i2.33

Estudiantes universitarios en tiempos de pandemia: análisis de la interacción social en la carrera de Orientación

University Students in Times of Pandemic: Analysis of Social Interaction in the Counseling Major

Estudantes universitários em tempos de pandemia: análise do convívio social na carreira de Orientador

Jinneily Marieth Segura-Badilla

Universidad Nacional

Heredia, Costa Rica
jinneily.segura.badilla@est.una.ac.cr
https://orcid.org/0000-0003-2081-2711

Vetsay Quesada-Quesada
Universidad Nacional

Heredia, Costa Rica

vetsay.quesada.quesada@est.una.ac.cr

https://orcid.org/0000-0002-2848-6087

José Antonio García-Martínez

Universidad Nacional

Heredia, Costa Rica

jose.garcia.martinez@una.cr
http://orcid.org/0000-0003-0709-0814

Manuel Arturo Fallas-Vargas

Universidad Nacional

Heredia, Costa Rica

manuel.fallas.vargas@una.cr

http://orcid.org/0000-0002-6964-2082

Recibido: 20 de octubre de 2022 / Aceptado: 8 de diciembre de 2022

Resumen

El cambio de la modalidad presencial a una virtual acontecido en las universidades producto de la pandemia por el Covid -19 ha permeado en múltiples aspectos de la vida del estudiantado, especialmente en aquellas personas que han ingresado a la educación superior durante este periodo. El objetivo de este estudio es analizar la interacción social del estudiantado universitario que inició sus estudios durante la pandemia. Desde un enfoque cualitativo y un método fenomenológico, se conforman seis grupos focales con 30 estudiantes de primero, segundo y tercer nivel de la carrera de Orientación de la Universidad Nacional. Los hallazgos muestran cómo, a través de diferentes recursos tecnológicos, se ha posibilitado la interacción entre el estudiantado; sin embargo, se observan relaciones interpersonales menos cercanas y más estresantes. Igualmente se observan acciones que favorecen el desarrollo de vínculos, las habilidades sociales y conductas prosociales. Por último, se visualiza cierta dificultad para interactuar durante y después de las sesiones de clases, generando una mayor sensación de aislamiento. Los resultados obtenidos permiten a las entidades pertinentes la contextualización del entorno que rodea al estudiantado, lo que contribuye a una toma decisiones que atienda las necesidades del colectivo estudiantil para facilitar su desarrollo integral.

Palabras claves: comunicación, interacción social, estudiantes universitarios, Covid-19.

Abstract

The change from the face-to-face modality to a virtual mode, which occurred in universities as a result of the Covid-19 pandemic, has permeated multiple aspects of students’ lives, especially those who have entered higher education during this period. This study aims to analyze the social interaction of university students who began their studies during the pandemic. Six focus groups were conducted using a qualitative approach and a phenomenological method. In these groups participated thirty students from the first, second, and third years of the Counseling Major at the National University of Costa Rica. The findings show how student interaction has been possible through different technological resources. However, interpersonal relationships are less close and more stressful. Likewise, actions that favor the development of bonds, social skills, and prosocial behaviors are also observed. Finally, there is some difficulty in interacting during and after class sessions, which generates a greater sense of isolation. The results obtained allow the relevant entities to contextualize the environment that surrounds the learners to make decisions that make it possible to meet the needs of the student group to facilitate their integral development.

Keywords: Communication, social interaction, university students, Covid-19.

Resumo

A mudança da modalidade presencial para a virtual ocorrida nas universidades em decorrência da pandemia de Covid-19 permeou múltiplos aspectos da vida estudantil, principalmente daqueles que começaram no ensino superior nesse período. O objetivo deste estudo é analisar a interação social de universitários que iniciaram seus estudos durante a pandemia. A partir de uma abordagem qualitativa e de um método fenomenológico, são realizados seis grupos focais com 30 alunos do primeiro, segundo e terceiro níveis do curso de Orientação da Universidade Nacional. Os achados mostram como por meio de diferentes recursos tecnológicos tem sido possível a interação entre os alunos, porém, observam-se relações interpessoais menos próximas e mais estressantes. Também são observadas ações que favorecem o desenvolvimento de vínculos, habilidades sociais e comportamentos pró-sociais. Por fim, existe alguma dificuldade em interagir durante e após as aulas, gerando uma maior sensação de isolamento. Os resultados obtidos permitem às entidades relevantes contextualizar o ambiente que envolve o corpo estudantil para a tomada de decisões que permite atender às necessidades do grupo de alunos para facilitar seu desenvolvimento integral.

Palavras-chave: Comunicação, interação social, estudantes universitários, Covid-19.

Introducción

La pandemia producida por la COVID-19 supuso el cierre inminente de los centros educativos en todo el mundo, donde Costa Rica no fue la excepción. Ante este panorama, la interacción entre el estudiantado se ha visto afectada al trasladar la presencialidad a una modalidad de presencialidad remota en la que se emplean los recursos tecnológicos para desempeñarse académicamente desde el hogar; y especialmente en aquellas personas que iniciaron sus estudios durante el periodo de pandemia ante la dificultad de consolidar una relación social presencial; puesto que los ingresos a la Universidad han acontecido de manera virtual, obligando al estudiantado a intercambiar relaciones sociales mediante recursos digitales.

Frente a esta situación, Carranza-Marchena y Zamora-Sánchez (2020) señalan que las interacciones en este nuevo contexto virtual universitario favorecen al desarrollo de relaciones interpersonales potenciando la cohesión de grupo a través de objetivos comunes. No obstante, lo anterior podría ser posible en grupos consolidados, donde previamente se han establecido encuentros presenciales o interacciones tanto en el salón de clase como en los tiempos de descanso.

Ahora bien, este no es el caso del estudiantado que ingresa por primera vez a un centro de estudio universitario; ya que, además de ser un ambiente nuevo donde se desconoce la cultura universitaria, no se ha presentado la oportunidad de conocer a sus pares presencialmente. Esto podría dificultar las relaciones y habilidades sociales, dado que al no poseer suficiente confianza facilitaría una barrera en las interacciones. Se deriva así la importancia que posee el ambiente universitario en estudiantes que ingresan a la universidad bajo la modalidad presencial remota, dado que un espacio donde se manifiesta la interacción y por consiguiente la formación de vínculos positivos entre las personas que acuden a estas instituciones, con el propósito de sentirse comprendidas y escuchadas (Canchari2019).

Al respecto, son evidentes los beneficios adquiridos en el ambiente universitario - más allá de los aprendizajes formales-, los cuales pueden haberse truncado por el cambio de modalidad, repercutiendo en la dimensión social.

Se evidencia así, el reto que tiene la universidad de generar las condiciones para el desarrollo de una convivencia positiva desde la virtualidad, especialmente en el marco de las relaciones interpersonales, donde se transforman las formas de interacción social (Canchari, 2019).

Múltiples estudios internacionales en torno a la interacción social universitaria concluyen en que la interacción mediada a través de espacios virtuales implica que la fluidez o intensidad del intercambio sea menor y que los mensajes sean más escuetos (Roselli et al., 2004; Paucar, 2021; Giraldo et al., 2021). Igualmente, a pesar esta desventaja, las relaciones interpersonales efectuadas a través de medios electrónicos muestran la presencia de empatía, importancia en las opiniones ajenas y respeto, características que favorecen la interacción social en igual medida que en la presencialidad si se logran implementar formas novedosas en las que se puedan vencer paulatinamente sus debilidades (Moral, 2009). Otros estudios desde perspectivas multiparadigmáticas muestran que durante la pandemia las interacciones pedagógicas se caracterizan por la pasividad de los y las estudiantes donde existe poco diálogo entre el profesorado y los educandos y por la falta de motivación producida por la fatiga de videollamadas, las denominadas clases en pantuflas y los problemas de conectividad, salud física y salud mental que afectan de manera importante las interacciones comunicacionales en línea (Elgueta, 2020;

Aunado a lo anterior, se destacan investigaciones que identifican que la utilización de herramientas tecnológicas además de la presencia de un ambiente acogedor y satisfactorio respecto al tiempo de clases con la participación activa de sus actores, constituyeron elementos cruciales en las clases en línea que permitieron el desarrollo de habilidades y el fomento de trabajo en equipo (Yance et al., 2021). Además, de que estudios advierten que el aislamiento social generó un gran impacto en la comunicación y el contacto social, al punto de que se presentaron escenarios de estrés, desesperación y ansiedad entre otras afectaciones psicológicas en las personas estudiantes (Sanmartin y Torres, 2021; Corona y Gonzáles, 2021;

En el ámbito nacional Monge et al. (2018) destacan que un entorno virtual genera la posibilidad de interactuar de manera activa, afirmación que coincide con lo hallado en otros estudios desde diferentes disciplinas (Deliyore, 2021) que además destacan como los tiempos de crisis fomentan la innovación y creatividad a la hora de interactuar.

Según lo anterior, el propósito general de este estudio es analizar la interacción social del estudiantado de la carrera de Orientación que inició sus estudios durante la pandemia provocada por el COVID-19. Específicamente se pretende:

a) Identificar la interacción comunicacional del estudiantado, así como las ventajas y desventajas que propician al respecto la presencialidad remota.

b) Conocer los principales recursos tecnológicos que utiliza para comunicarse.

c) Describir las formas de comunicarse y los sentimientos del estudiantado durante la presencialidad remota.

Referente conceptual

Se conceptualiza la interacción comunicacional como un intercambio secuenciado de mensajes entre los interlocutores; involucrando dos modalidades: la digital que hace referencia a lo que se dice y la analógica que enfatiza en la manera en cómo se dice (Carrillo et al., 2017).

Además, involucra directamente aspectos comunicativos como el mensaje y la forma en que se transmite, ya sean verbales o no verbales; dándose a conocer los distintos intereses (parte importante en la presencialidad remota).

Sin embargo, aunque la virtualidad posee ventajas como la posibilidad de coordinar encuentros sociales entre pares de estudio o con quienes se posee algún vínculo amistoso o afectivo, no puede sustituir los encuentros presenciales, ya que, estos son indispensables en el ser humano (Quiñonez, 2009). Esto ha supuesto un gran reto en tiempos de pandemia, debido a que algunos individuos han optado por distanciarse por temor al contagio y otros han tenido una afectación en su comunicación ante las pocas o nulas posibilidades tecnológicas.

Aunado a lo anterior, las formas de comunicación son definidas como aquella “manera útil y eficaz de conocer cómo se produce en la actualidad el proceso relacional tecnologías/sociedad” (Ruiz, 2005, p.25). Al respecto, el estudiantado debe responsabilizarse de su proceso formativo tanto en la planificación como en el ritmo de los deberes académicos; además de incrementar la utilización de diferentes herramientas tecnológicas para la comunicación y los deberes educativos (Umaña-Mata, 2020).

Este panorama de presencialidad remota ha repercutido evidentemente en la interacción social. Al respecto, algunas personas universitarias se manejan por las redes sociales con recurrencia, adquiriendo cada vez más aprendizajes y descubriendo más redes en las cuales pueden contactarse según sus necesidades o preferencias, donde se pone en práctica el aprendizaje colaborativo frente a la búsqueda de diferentes posibilidades de interconectividad, por esta razón, a estas se les considera aplicaciones clave (González y Batista, 2021).

El cambio acontecido ha generado la presencia de diversos sentimientos en el estudiantado, entendiendo estos como aquellos estados afectivos o emocionales que pueden estar presentes a corto, mediano o largo plazo. Los mismos, mantienen una reacción de reflexión cognitiva, es decir que no surgen de manera inmediata, sino que interviene la cognición para pensar y después sentir (Buitrago, 2021). Asimismo, la intersubjetividad cobra importancia en este apartado, debido a que, como resultado de la interacción entre el comportamiento y la experiencia que cada miembro posee sobre el otro, se accede tanto al reconocimiento como a los sentimientos de las personas (Marc y Picard, 1992). Tal aspecto se dificulta durante la presencialidad remota, donde surge el reto de la interacción ante la falta de percepción y la poca expresión de sentimientos, requiriendo la comunicación asertiva para la expresión de los sentimientos.

Dentro de este proceso Marrone citado por Manzo (2017), señala que, así como en la intersubjetividad se hace referencia a los sentimientos, en el desarrollo de vínculos sucede de la misma manera. En este sentido, durante las relaciones vinculares se genera manifestación de sentimientos y la expresión emocional, por lo tanto, para que exista un vínculo, se debe propiciar el afecto y la confianza con la otra persona, “de lo cual resultará una conducta más o menos fija en esa relación” (Pichon-Riviére, 1980, p. 47), fortaleciendo las relaciones humanas y creando sentimientos de bienestar (Auné et al., 2014).

Método

La investigación se llevó a cabo desde un enfoque cualitativo, concretamente con un método fenomenológico (Husserl, 2015), siendo una de las perspectivas metodológicas más utilizadas en el ámbito de la investigación social; al centrar el interés en las experiencias vividas por las propias personas participantes sin acudir a explicaciones causales, sino permitiendo profundizar en el fenómeno, en este caso en la interacción comunicacional del estudiantado.

Participantes del estudio

Como es habitual en estudios desde un paradigma interpretativo, la selección de los participantes ha sido intencionada, considerando diversas características indispensables para el alcance de información que a su vez permitan responder a los propósitos planteados (Flick, 2014); entre ellos: a) ser estudiantes de primer, segundo y tercer año de la carrera de Orientación de la Universidad Nacional, b) participar en las sesiones de los cursos que se desarrollan desde la presencialidad remota.

El total de participantes ascendió a 30 estudiantes que se distribuyeron en seis grupos, de los cuales 20 son mujeres y 10 hombres. Las edades de las personas oscilaron entre los 17 y los 27 años, por lo que se encuentran en la etapa de adolescencia y adultez joven según el desarrollo psicosocial que indica Bordignon (2005).

Técnicas de recolección de información

Teniendo en cuenta tanto aspectos teóricos como contextuales, se utilizaron seis grupos focales como técnica para la recolección de información (Barbour, 2014). El proceso se realizó en una plataforma que permitió generar videollamadas y grabarlas para su posterior transcripción. Previo a iniciar las reuniones colectivas, se distribuyeron los grupos de manera equitativa tanto por sexo como por nivel: primero (8 estudiantes), segundo (11 estudiantes) y tercero (12 estudiantes).

Cabe destacar que se ejecutó un protocolo de grupo focal, el cual fue sometido a juicio de expertos -precisamente a tres personas especialistas tanto en el área de Orientación como de investigación educativa- con la finalidad de comprobar la relación de los temas seleccionados con los propósitos del estudio para garantizar que la información obtenida se asocia con los temas por explorar.

Procedimiento

Una vez realizado el protocolo de grupo focal, se contacta a las personas docentes encargadas de los grupos de interés para solicitar un espacio y exponer el tema. En este espacio se solicitan voluntarios para participar en el proceso. Al respecto, se incluyen a los interesados en un grupo de WhatsApp a través del cual se coordinaría la fecha y horario en el cual se llevará a cabo el grupo focal.

Las reuniones a través de una plataforma digital tienen una duración de una hora y treinta minutos aproximadamente. Durante este proceso las personas investigadoras observan, registran y analizan, por medio de las notas tomadas, las interacciones y comunicaciones que se producen en los espacios de reunión, como aspecto complementario de análisis sobre el fenómeno que se pretende estudiar (Banks, 2014).

Posteriormente, se realizan las transcripciones a través de un procesador de texto, sobre las cuales se llevará a cabo la codificación y extracción de las categorías.

Cabe señalar, que durante todo el proceso se han tenido en cuenta aspectos de carácter ético. En este sentido, el colectivo participante ha sido informado del objetivo de la investigación, el tratamiento de los datos, del carácter voluntario y anónimo, así como la posibilidad de no participar en el grupo o de retirarse en cualquier momento sin explicación previa.

Técnicas de análisis de datos

El análisis de datos se efectuó mediante el método de análisis en progreso propuesto por Taylor y Bogdan (1987). En el mismo, se pretende comprender a profundidad sobre los elementos y personas que se estudian en una investigación naturalista; iniciando con la etapa de descubrimiento de la información, continuando con la etapa de codificación y finalizando con la denominada etapa de relativización de la información.

En la primera de ellas, se buscan temas -examinando la información de todas las maneras posibles- y temas emergentes o se desarrollan conceptos. Aunado a esto, en la segunda fase se reúne y analiza la información referida a temas, ideas, conceptos, interpretaciones y proposiciones, permitiendo el desarrollo de categorías de codificación y refinamiento del análisis.

En tercer lugar, se interpreta la información en el contexto en el cual esta se generó, tomando en cuenta criterios de credibilidad, características de la población en estudio, participación de otras personas en el escenario estudiado, datos generados y sus fuentes de información; así como supuestos personales.

Además, conviene enfatizar que se han tenido en cuenta aspectos relacionados con la calidad de la investigación cualitativa como la credibilidad y transferibilidad. En este sentido, se han realizado diferentes actividades como la triangulación en el análisis, entendido tanto como la comparación desde las diferentes fuentes de información por niveles, así como un análisis individualizado a lo interno del equipo de investigación (Flick, 2014).

Resultados y discusión

Como ya se ha indicado, los resultados de esta investigación surgen de un proceso inductivo de extracción de categorías a través de la codificación. A continuación, se muestran los principales datos extraídos.

En primer lugar, en la figura 1 se muestra la codificación realizada de los datos agrupados bajo la categoría denominada interacción comunicacional.

Interacción de comunicaciones en presencialidad remota

Con relación al código denominado recursos tecnológicos, se denota que la totalidad del estudiantado cuentan con al menos un recurso tecnológico, ya sea la computadora, el celular y/o la tableta; lo cual les ha permitido conectarse e interactuar en las clases en línea según lo indicado a continuación: “Yo tengo computadora, celular, acceso a Internet, computadora extra” (Participante 3, comunicación personal, 11 de mayo de 2022). Además, otra persona señala: “Yo creo que sí tengo los recursos necesarios para llevar a cabo mis estudios, los cuales serían la computadora, conexión a Internet y un espacio donde pueda estudiar” (Participante 18, comunicación personal, 31 de mayo de 2022).

Respecto a esto, se apoya la idea de que los espacios virtuales se han constituido en las sociedades contemporáneas en uno de los más influyentes contextos de socialización y deberes académicos, ya que, en el caso de la educación superior, dichos recursos constituyen una forma útil en la que las personas estudiantes y profesorado pueden interactuar y desarrollar sus aprendizajes (García-Martínez y González-Sanmamed, 2020).

A pesar de los beneficios que brindan algunos recursos durante los procesos de educación superior en tiempos de pandemia, se reconoce que un factor que ha afectado a la hora interacción durante las lecciones remotas ha sido la inestabilidad del Internet. En cuanto a esto, el estudiando menciona que: “El internet es muy muy inestable. A veces tenemos que entrar a un examen y tal vez falla justo en eso momento, entonces sí ha sido un poco difícil” (Participante 12, comunicación personal, 19 de mayo de 2022).

Ya estudios alertan acerca de la influencia que la falta de conexión a internet puede tener en el acceso al aprendizaje y a las competencias tecnológicas durante la pandemia (García-Martínez et al, 2022; ; causando un rezago tanto en los deberes educativos como en la interacción con sus pares, lo que puede resultar poco beneficioso para una sociedad que se encuentra frente a una industria 4.0.

En relación con los recursos tecnológicos más utilizados para comunicarse, se reconoce que WhatsApp es la principal herramienta de interacción virtual empleada por el colectivo estudiantil. Además de esta aplicación, las personas utilizan en gran medida Teams o Zoom durante las lecciones; así como el correo electrónico, Classroom y Youtube para realizar algunas tareas o la entrega de las mismas durante o después de las lecciones, coincidiendo con otros estudios de la población universitaria (García-Martínez et al., 2022).

Los recursos que más utilizan las personas estudiantes de Orientación para la realización de trabajos académicos son Canva y Drive, ya que en ambos es posible trabajar de manera colectiva y simultánea en un mismo archivo que a la vez permite que el documento se guarde constantemente de manera automática.

Se visualizan múltiples recursos que permiten la interacción comunicacional entre el estudiantado de Orientación para fortalecer las relaciones sociales entre sí por medio de aplicaciones como la que se indica con anterioridad, logrando a su vez organizar el tiempo para conversar de temas diferentes a las responsabilidades académicas; lo cual favorece a la salud mental del colectivo universitario, aspecto importante en la integralidad del ser humano.

Al respecto, han surgido tanto desventajas como ventajas en los procesos formales de virtualidad. En cuanto a las desventajas, la interacción en línea ha resultado ser menos beneficiosa para las personas estudiantes, al considerar que las relaciones interpersonales virtuales son menos cercanas que las desarrolladas presencialmente en ámbitos similares. Asimismo, el estudiantado señala que: “Me tuve que adaptar a usar todo esto que es Teams y Zoom (…) siento que no se disfruta tanto la Universidad (…) no se percibe convivencia” (Participante 14, comunicación personal, 11 de mayo de 2022). También este indica: “Siento que nos estamos formando para tratar con personas, y estamos perdiendo esa interacción social, nos estamos relacionando a través de una cámara y el trabajo futuro que vamos a desarrollar no es a través de una cámara” (Participante 29, comunicación personal, 01 de junio de 2022).

Por tanto, se e evidencia como la nueva interacción y comunicación del estudiantado universitario no está favoreciendo a las personas participantes, ya que durante los encuentros presenciales se mantienen interacciones de mayor calidad, caracterizándose por el afecto y la cercanía, elementos que son indispensables y que benefician las interacciones sociales (Quiñonez, 2009). Igualmente, se visualiza como las relaciones en línea presentan menor intimidad, confianza en el otro, pasión y compromiso que las que se desarrollan presencialmente, situación que puede considerarse desfavorable a la hora de desarrollar interacciones humanas (Moral, 2009).

Otra desventaja es el clima generado en el lugar de residencia durante el periodo de pandemia. En tal sentido, el estudiantado indica que: “Recibir las clases en una habitación todos los días me da mucha ansiedad, me da mucha claustrofobia estar mucho tiempo el mismo día” (Participante 10, comunicación personal, 18 de mayo de 2022). Igualmente, este menciona que: “Desde una computadora no logro concentrarme como yo quisiera, y me hace sentir una persona incapaz e ineficiente y, aunque amo mi carrera, eso me hace sentirme mal” (Participante 15, comunicación personal, 19 de mayo de 2022). Se demuestra así, que el colectivo participante podría carecer de un clima nutritivo, de espacios de diálogo; caracterizado por las prácticas conjuntas, compañerismo, un ambiente donde puedan tener libertad y sentir comodidad para desarrollar sus distintas labores educativas, además de relacionarse saludablemente con sus pares, beneficiando su salud mental (Arón et al., 2017).

En este sentido, la teoría advierte de que el aislamiento social puede haber generado un impacto en la comunicación y el contacto social; al punto de que se presentaron escenarios de estrés, desesperación y ansiedad de la misma manera que sucedió en estudios previos (Giraldo et al., 2021, y

Por otra parte, el cambio a la virtualidad también ha traído ventajas que pueden favorecer el desarrollo del estudiantado. Al respecto, se destaca la importancia que ofrecen al desarrollo de competencias tecnológicas beneficiosas tanto a nivel académico como laboral. Los participantes indican que: “En presencialidad remota usted puede aprender muchos recursos que puede implementar después” (Participante 17, comunicación personal, 11 de mayo de 2022). También mencionan que: “La virtualidad para mí ha sido una maravilla y siempre he sido una persona muy autodidacta entonces siento que no me ha afectado mucho” (Participante 25, comunicación personal, 1 de junio de 2022). Ante esto, las personas que poseen este tipo de aptitudes podrían contar con mayores oportunidades laborales en un futuro por aprovechar el aprendizaje autodidacta como el que brindan las universidades, pues la experiencia que se posea en la era digital será de utilidad para futuros venideros en donde la exigencia y las demandas laborales cada vez son más retadoras (García-Martínez y González-Sanmamed, 2020).

Por tanto, el colectivo universitario que utiliza las herramientas tecnológicas en ambientes favorables y participa activamente durante el proceso de aprendizaje puede adquirir mayores conocimientos, así como el desarrollo de múltiples habilidades (Yance et al., 2021); además de favorecer el aprendizaje autónomo y a lo largo de la vida (García-Martínez y Fallas-Vargas, 2022).

Otra ventaja surge de la posibilidad del estudiantado de conciliar el trabajo con los estudios, al respecto se señala: “Me facilita mucho porque el trabajo me permite estudiar entonces me da la oportunidad de conectarme. Después entro a trabajar, al salir me organizo para hacer las tareas y ahí hago como puedo” (Participante 14, comunicación personal, 19 de mayo de 2022). En este caso la persona participante organiza su tiempo para avanzar con su proceso formativo planificando sus horas de estudio, de trabajo y de ejecución de tareas académicas, lo que es posible por medio del incrementado uso de la tecnología durante la pandemia (Simonson et al., citados por Umaña-Mata, 2020).

Estos aspectos son relevantes en la vida del ser humano porque ayudan a la persona a proyectar sus intereses y, por consiguiente, su itinerario de vida; pues aprende a responsabilizarse y a planificarse. En consecuencia, desde esta edad temprana la persona está poniendo en práctica acciones que le benefician en muchas dimensiones de su vida personal y laboral. Igualmente, adquiere un mayor sentido de sí mismo, puesto que toma responsabilidad de su vida tanto en el ámbito educativo como laboral (Benson et al., citados por Molina, 2015).

Asimismo, otra ventaja es la conciliación familiar en el caso de madres estudiantes, denotando que la virtualidad “les permite estar más cerca de sus hijos y no genera ansiedad o preocupación por estar lejos, entonces por ese lado es excelente (Participante 15, comunicación personal, 19 de mayo de 2022). Sobre esto, se presume como el grupo ha desarrollado una actitud empática con las madres estudiantes, pues ha pensado en su bienestar aunque tenga una afectación directa.

Igualmente, se observa que parte de las ventajas de la virtualidad se relacionan con la autoorganización, pues el estudiantado universitario aprovecha ahora más su tiempo para descanso al tener la posibilidad de levantarse precisamente a la hora de las lecciones en línea. En cuanto a esto se indica: “Si tuviera que ir presencial me tendría que levantar demasiado temprano y no dormiría casi nada, en cambio así aprovecho un poco más de sueño” (Participante 4, comunicación personal, 11 de mayo de 2022). Otro informante indica que: “Yo veo más pros porque es muy flexible en cuestión de tiempo (…) a mí me permite organizarme mejor con el trabajo y las clases. En cambio, presencial me tendría que trasladar hasta Heredia” (Participante 13, comunicación personal, 18 de mayo de 2022). Así, se observan implicaciones académicas, puesto que, en conformidad con la teoría, la estructuración del tiempo es una opción responsable para emplear de manera efectiva el tiempo que posee cada persona (Naranjo, 2004).

Aunado a lo anterior, se hace referencia al tiempo de traslado que se evita en la virtualidad, permitiendo una mayor autoorganización en torno a las tareas académicas y de trabajo; al indicar que: “La virtualidad tiene más pros porque es muy flexible en cuestión de tiempo (…) a mí me permite organizarme mejor con el trabajo y las clases. En cambio, en presencialidad me tendría que trasladar a la ciudad” (Participante 13, comunicación personal, 18 de mayo de 2022).

Otro aspecto que surge es como el aspecto económico se ha beneficiado en tiempo de pandemia; ya que la estadía en la universidad provoca diversos gastos en la vivienda, en la comida, materiales de estudio y en ocasiones transporte público, entre otros. Esto se evidencia cuando el grupo concuerda en que: “Muchos tenemos que ir a vivir a Heredia y allá el alquiler es demasiado caro y la beca no alcanza, más pasajes de buses, tratar de comer, etc.” (Participante 3, comunicación personal, 11 de mayo de 2022). Estos datos apoyan la tesis de investigaciones previas (Chanto y Loáiciga, 2020, y Regueyra et al., 2021) al revelar amplias desigualdades sociales en ciertos extractos estudiantiles, en las cuales se veía afectada la interacción y participación de algunas personas en las clases virtuales al presentar diversos inconvenientes y complicaciones alternas.

Formas de comunicarse durante la presencialidad remota

En cuanto a las formas de comunicación empleadas por el estudiantado universitario en tiempos de pandemia se han mantenido en su mayoría por medio de los aparatos tecnológicos. Sin embargo, frente a la virtualidad estas formas de comunicarse se podrían caracterizar por la pérdida de relaciones cercanas, ya que, según algunas unidades de significado extraídas, en ocasiones se visualizan pocas personas con la cámara encendida y el micrófono abierto; lo que también ocurrió durante la aplicación de uno de los grupos focales pues algunas personas se abstuvieron de encender su cámara, dificultando en ambas experiencias la comunicación no verbal.

De la misma manera sucede con el micrófono, pues quizá el colectivo estudiantil se reprime de realizar la participación en clase manteniendo el micrófono silenciado, lo cual genera una barrera en la comunicación tanto en el desarrollo de vínculos como en la interacción con el profesorado.

Esto queda en evidencia ante algunas intervenciones que indican que:

Siento que a veces es muy robotizado entonces como que un sticker y ya, (…) pierde esa esencia de ver las expresiones de la persona o todo eso que la hace un poco más cercano o tener un poco más de contacto. (Participante 22, comunicación personal, 31 de mayo de 2022)

Al respecto, se tiene la percepción que la cercanía que se da en la presencialidad no se compara con lo que sucede a través de la virtualidad y por la forma en que se da la comunicación parece no ser posible que las interacciones tengan tanta proximidad. Sin embargo, todos los gestos, acciones, palabras y hasta los momentos de silencio que puedan tener las personas estudiantes son considerados comunicación (Marc y Picard, 1992); por lo que se puede deducir que, aunque sea a través de stickers, existe una comunicación interpersonal en la población estudiantil a través de recursos en línea, aunque no exista esa cercanía que favorece las relaciones de amistad.

Esta forma de interacción y expresión de mensajes está siendo insuficiente para crear cercanía. Esto podría deberse al carácter obligatorio que sienten las personas estudiantes de tener que socializar (Participante 17, comunicación personal, 11 de mayo de 2022), lo que crearía una interacción poco fluida. Referente a esto se indica que: “Ya no existe esa interacción social que había antes, que uno estaba frente a una persona que tal vez para mí era más fácil llegar y saludar al compañero, ahora no porque no tengo esa confianza” (Participante 18, comunicación personal, 11 de mayo de 2022).

Otro código emergente se relaciona con aspectos que desfavorecen la interacción social positiva, tales como la interpretación equívoca de información a la hora de comunicarse entre pares. El grupo asiente ante la afirmación que indica:

Yo soy una persona que (…) prefiere mandar audios porque siento que quizá uno no puso una coma o no puso bien una palabra o tal vez el auto corrector le cambió la palabra, entonces ya se puede mal interpretar todo el contexto del mensaje (Participante 13, comunicación personal, 11 de mayo de 2022).

En este contexto virtual, este prefiere transmitir claramente el mensaje al receptor para evitar confusión al respecto, dado que a través de mensaje de texto puede ocurrir un error en la interpretación y se puede prestar para la creación de conflictos; especialmente en el caso de las personas de primer ingreso, quienes no tienen la oportunidad de conocerse presencialmente ni de conocer con anterioridad los pensamientos, actitudes y posturas analíticas de sus pares. Al respecto, Berger y Luckmann (1968) indica que no es necesario tener una interacción cara a cara para que se desarrolle una interacción social, lo mismo con los mal entendidos. Es claro que mediante la modalidad virtual estas interacciones son posibles y más aún la interpretación errónea de información ante la imposibilidad de percibir de forma íntegra a la otra persona.

Es sabido que la presencialidad fomenta la reducción de interpretar erróneamente la información, dado que se facilita la comunicación tanto verbal como no verbal. Por esto, se señala que: “La presencialidad es mejor, por la interacción con los otros compañeros, ver sus gestos, ver lo que realmente piensa porque a veces decimos por mensaje una cosa, pero estamos pensando otra” (Participante 11, comunicación personal, 18 de mayo de 2022). Aunado a lo anterior, la presencialidad puede ayudar a identificar determinados gestos, estados de ánimo y la autenticidad de su lenguaje verbal o no verbal (Mercado y Zaragoza, 2011). En cuanto a la virtualidad, las interacciones se han desarrollado en dos modos: la digital y la analógica, analizando lo que se dice y la manera en cómo se dice (Carrillo et al., 2017).

Asimismo, la población que se comunica sin claridad tendrá cierto control sobre su expresividad ocultando lo que realmente desea (López y Reyes, 2010). Tal aspecto genera barreras en la comunicación, pronunciándose con acciones como cámaras apagadas y micrófonos silenciados; lo que dificulta aún más el proceso de interacción positiva y reconocimiento del lenguaje no verbal, fundamental para las personas profesionales en Orientación en formación y en ejercicio.

Aunque hubo participantes que alegaron que la interacción social “no hubiera cambiado mucho la verdad” (Participante 2, comunicación personal, 11 de mayo de 2022), otros indicaron que sí existiría un cambio notorio, por ejemplo: “Hubiera sido un proceso más fácil el hecho de ir e interactuar presencialmente porque no habría esas limitaciones como la vergüenza etc., porque no soy una persona bastante extrovertida” (Participante 11, comunicación personal, 11 de mayo de 2022).

Según lo anterior, se indica que las interacciones sociales entre pares y docentes propician un clima universitario nutritivo durante las clases virtuales, pues las mismas potencian el aprendizaje en el estudiantado (Ríos et al., 2010) así como la motivación con su grupo de pares durante las lecciones y en las actividades extra-clase. Es decir, se refleja que a partir de una acción que puede parecer tan sencilla como lo es la interacción se obtienen varios aspectos positivos para quienes la practican (especialmente en los salones de clase virtuales), por lo que se hace referencia a su vital importancia en el estudiantado universitario.

Por esto, se considera fundamental que las personas puedan sentirse parte de su grupo así como de la institución, sintiendo la libertad de relacionarse con sus colegas y logrando adaptarse positivamente a las situaciones. Por consiguiente, en las instituciones se dan normas de comportamiento que regulan la interacción social para beneficiar precisamente al estudiantado (Marc y Picard, 1992), que de no cumplirse puede ocasionar un rezago en su desarrollo psicosocial; ya que no lograrán avanzar con sus pares, sino que se quedarán al margen de lo que sucede, afectando principalmente el área social y emocional.

En concordancia con el estudio realizado por Morales et al. (2019), se induce de los datos que, ante esta realidad virtual cuando se desarrollan las interacciones sociales con el grupo de estudio, se logran detectar elementos como la actitud de las personas para comunicarse, socializar y realizar trabajos educativos. Bajo esta misma perspectiva se hace referencia a las amistades, indicando que hubiesen podido ser sólidas con mayor prontitud. Asimismo, refieren a la confianza, de la cual carecen algunas personas estudiantes en su grupo, mencionando que: “Se hubiera desarrollado esa confianza y esa relación más cercana entre todos, que no pasa en este momento, no digo que todo el mundo le pase, pero por lo menos en mi caso a mí no me pasa” (Participante 18, comunicación personal, 18 de mayo de 2022). Aquí se denota un aislamiento afectivo, en donde el estudiante toma la decisión de distanciarse pues indica que no existe una relación cercana entre él y el colectivo de segundo nivel, lo cual está generando una barrera para lograr la intimidad con sus pares según Bordignon (2005).

Esta situación puede ser perjudicial para esta persona, ya que está careciendo de interacciones sociales positivas; lo que a su vez afecta su desarrollo personal, emocional y social, así como el desarrollo profesional, que permita velar por el desarrollo integral de las personas orientadas.

En este sentido estudios con estudiantes universitarios alertan de entornos pocos desarrollados en cuanto al componente comunicativo (García-Martínez y González-Sanmamed, 2020), lo que puede dificultar el desarrollo social del estudiantado; debido a que solo se conectarán a las clases en línea para recibir la lección y evitarán el contacto virtual con sus pares, provocando aspectos poco positivos en las relaciones cotidianas de clase.

En este análisis cabe destacar que el grupo de tercer nivel logra recibir lecciones en presencialidad durante un mes. No obstante, la información obtenida indica que:

No hubo un punto comparativo con un mes uno apenas está formando el lazo entonces es bastante difícil (…) yo empecé hablándole a ciertos compañeros y ya la virtualidad empecé a relacionarme con otros compañeros (…) en un mes no se hace una relación como súper de compañerismo o super amistad, sino que, uno a penas se va adaptando a la u y a conocer los nombres de los compañeros (Participante 22, comunicación personal, 31 de mayo de 2022).

Desde este punto de vista se evidencia que esta persona logra al menos acercarse al proceso de adaptación de la universidad, de su grupo y sus pares. Sin embargo, no logra crear lazos estables con las personas que conoció presencialmente, sino que inicia una relación con otros pares con los cuales interactúa mediante la virtualidad. Por ende, tal situación puede ser positiva para esta persona, debido a que pudo conocer las actitudes y la forma de ser de algunos compañeros y compañeras al menos por un mes; lo que le permite ir conociendo a estas personas por virtualidad según sea su participación activa, y de esta manera crear nuevos lazos y desarrollar relaciones humanas positivas (Bordignon, 2005).

La parte no tan positiva de esta modalidad virtual -en caso de querer interactuar con las personas estudiantes que no se han conocido antes en presencialidad- es que algunas personas suelen utilizar fachadas según el lugar y el entorno en el que se desarrollan, donde aparentan ser una persona distinta a la que realmente son (López y Reyes, 2010). Por lo tanto, se torna difícil conocer una persona en esta modalidad, y es un reto que han afrontado estos tres niveles.

Sin embargo, las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) también permiten tener esa cercanía con sus pares, lo cual resulta ser un aspecto positivo según el estudio realizado por García-Martínez y González-Sanmamed (2020), quienes afirman que estos medios facilitan la interacción y el aprendizaje permitiendo la comunicación con los otros, beneficiando a su vez la adquisición de múltiples competencias y habilidades necesaria para la vida académica y profesional.

Principales sentimientos durante la presencialidad remota

Los principales sentimientos que ha experimentado la población estudiantil producto de los tiempos de pandemia son la preocupación, el temor, la frustración, la irritabilidad, la tristeza y la tranquilidad. Estos sentimientos menos positivos aportan poco sentido de motivación al estudiantado universitario; lo cual podría restar interés en la información que se recibe, poca interacción con sus pares y profesores, poca o nula elaboración de trabajos, así como actitudes individualistas ante sus compañeros y compañeras. Esto no significa que solamente se esté afectando las relaciones con sus pares, sino también la relación consigo mismo.

Como se evidenció, muchas de las personas participantes del estudio señalan haber sentido temor, frustración, irritabilidad y tristeza en algunos momentos durante sus estudios a distancia, y ante esto, es probable que se hayan presentado sentimientos de inferioridad; recalcando que las personas están motivadas principalmente por el logro de objetivos personales y sociales que le brinden un significado a su existencia, pero en caso de no lograrlos se activan sentimientos de malestar personal, tal y como lo señala Naranjo (2004) al referirse a la teoría Adleriana.

Según a lo anterior, se recalca que cuando el individuo se siente inferior o presenta sentimientos dolorosos hace lo posible por sobreponerse a estos y continuar su curso de vida (Oberst et al., 2004). Esto se refleja en la siguiente opinión: “Yo lo resumo en resiliencia, sufrimiento, agotamiento, frustración, tristeza, pero al final estamos aquí” (Participante 28, comunicación personal, 1 de junio de 2022).

Por otro lado, se expresan sentimientos positivos -como la tranquilidad- cuando los estudiantes se refieren a que tienen mayor organización a la hora de hacer las tareas, ante el tiempo que se ahorra la persona universitaria estudiando desde casa (Participante 1, comunicación personal, 11 de mayo de 2022; participante 16, comunicación personal, 19 de mayo de 2022).

Ante lo expresado por cada persona estudiante, los sentimientos que comparten entre sí por la situación determinada permiten activar sentimientos de escucha y empatía hacia sus pares (Naranjo, 2004), dado que se pueden solidarizar entre sí al compartir dichos sentimientos abriendo paso a la comunicación y a la interacción; considerando además que, ante la pandemia existieron muchas desigualdades como lo fue con la tecnología, lo cual pudo ser un plus para dar pie a los sentimientos poco positivos.

Conclusiones

De los datos obtenidos se induce en cuanto a la interacción social universitaria, que la interacción comunicacional del estudiantado de primer, segundo y tercer nivel de la carrera de Orientación en tiempo de pandemia por COVID-19, se logra llevar a cabo a través de medios tecnológicos como la computadora, el celular y/o la tableta. Sin embargo, un factor que ha afectado a algunas personas estudiantes al pretender comunicarse en las lecciones remotas ha sido la inestabilidad del internet; ya que en ocasiones este es impreciso, lo que deja entrever importantes brechas de acceso que afectan el proceso de interacción.

En particular, las principales herramientas de interacción comunicacional que emplean las personas para interrelacionarse en espacios de educación superior son Whatsapp, Teams, Zoom y el correo electrónico. Sin embargo, también se han realizado intercambios sociales por medio de Classroom, Drive, Canva, Youtube y Discord.

Por otra parte, la población participante resalta que la interacción comunicacional se caracteriza por ser menos cercana y más estresante, al verse en la obligación de consumir mucho tiempo frente a las pantallas y abstenerse a tener la oportunidad de visualizarse con los pares y profesorado frente a frente. En esta misma línea se resalta que las interacciones comunicativas se efectúan en algunos casos por la obligatoriedad de participar en las lecciones, donde ha existido escasez de respuesta por parte de las personas receptoras de mensajes o malinterpretaciones del contenido.

De forma presunciosa la población señala que la comunicación en la presencialidad hubiese sido más sencilla y efectiva de consolidar, debido a que probablemente se hubieran desarrollado relaciones más cercanas y de mayor confianza al encontrarse personalmente y mantener contacto físico, tanto con el colectivo de docentes como de pares.

En contraposición a lo indicado, se reconoce también que, al comunicarse en el ámbito de educación superior a través de medios digitales, se adquieren habilidades y competencias tecnológicas, beneficiosas tanto en el proceso de formación como en el futuro profesional, así como potenciar la expansión de relaciones sociales. De igual forma, la presencialidad remota ha facilitado necesidades personales, económicas; además de permitir la conciliación entre trabajo, familia y estudios. Al respecto cabe destacar mayor flexibilidad para la organización y planificación del tiempo de descanso, de trabajo y estudio.

Ante el contexto de pandemia, los sentimientos principales que ha experimentado el colectivo estudiantil a la hora de comunicarse han sido la preocupación, el temor, la frustración, la irritabilidad, la tristeza y la tranquilidad, siendo solamente este último el sentimiento que otorga bienestar personal. Los demás sentimientos indicados se logran comprender ante lo incierto que ha resultado esta nueva realidad social para la humanidad. Sin embargo, se considera que los sentimientos que generan cierto malestar irán reduciéndose en la medida en que las personas se adecúen a esta nueva realidad mundial.

Ante los hallazgos detectados, se sugieren nuevas líneas de investigación a nivel nacional y con carácter cuantitativo que permitan obtener información sobre la interacción social y la comunicación en futuros profesionales de la Orientación. Esto permitirá solventar, desde las casas formadoras o el Colegio Profesional de Orientación, posibles carencias en el desarrollo de habilidades en torno a la comunicación para evitar afectación en los procesos de mediación con los diferentes grupos etarios con los cuales se trabaja.

Declaración de conflictos de intereses: Las personas autoras declaran que no tienen vínculos con actividades o relaciones personales conocidas que puedan influir de forma inapropiada en el proceso editorial.

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