Revista Costarricense de Orientación
ISSN 2215-6615
Vol. 3 Num. 1, Enero-Junio, 2024, p. 1-12
https://www.rco.cpocr.org/index.php/rco/index
https://doi.org/ 10.54413/rco.v3i1.42
Análisis de la película El principito, a partir de premisas del análisis transaccional
Analysis of the Movie “The Little Prince” Based on Transactional Analysis Premises
Análise do filme “O Pequeno Príncipe” a partir das premissas da análise transacional
Kimberly Melissa Mora-Castro
Investigadora independiente
San José, Costa Rica
https://orcid.org/0009-0006-7018-4652
Recibido: 11 de setiembre de 2023 / Aceptado: 27 de octubre de 2023
Resumen
Para este ensayo se plantea que los largometrajes pueden ser observados desde la mirada del análisis transaccional (AT), aunque no hayan sido pensados desde este enfoque; y que con el análisis dado estos podrían servir como recurso de apoyo en el quehacer de la persona profesional en Orientación. Por lo que, se busca visibilizar cómo puede ser analizado el filme El principito, a partir de premisas del AT, para la potenciación del uso de este tipo de materiales en las intervenciones que se realizan desde la profesión de Orientación. Al usar como base la teoría del AT, propuesta por Eric Berne, con conceptualizaciones como el análisis estructural y funcional de la personalidad, las transacciones, los juegos psicológicos y el guion de vida. Concluyendo que el AT permite analizar el ser humano desde diferentes realidades donde se encuentre, lo que le facilita a la persona profesional en Orientación unirse a diferentes procesos de desarrollo personal, como el autoconocimiento. Asimismo, se determina que los materiales cinematográficos tienen el potencial para ser analizadas desde el AT. También que, al analizar una película, como El Principito, se pueden identificar una serie de premisas del AT; que le abren la posibilidad a la persona orientadora de utilizarla, y así emplear su creatividad en la construcción de procesos de trabajo diversos que se apeguen a los principios de esta disciplina.
Palabras clave: orientación, película, El principito, análisis transaccional
Abstract
This essay proposes that films can be examined through the lens of transactional analysis (TA), even if they were not originally conceived from this perspective. It suggests that with the application of TA analysis, movies can serve as a supportive resource in the professional practice of Guidance Counseling. The aim is to highlight how the film “The Little Prince” can be analyzed using TA premises to enhance the use of such materials in interventions within the field of Guidance Counseling. Utilizing the foundational principles of TA, as proposed by Eric Berne, including conceptualizations such as structural and functional analysis of personality, transactions, psychological games, and life scripts. In concludes that TA allows the analysis of human beings in various contexts, enabling Guidance Counseling professionals to engage in different processes of personal development, such as self-awareness. Furthermore, it determines that cinematic materials have the potential to be analyzed through TA. The analysis of a movie such as “The Little Prince” can reveal a series of TA premises, providing Guidance Counselors with opportunities to use their creativity in constructing diverse work processes aligned with the principles of this discipline.
Keywords: gGuidance counseling, movie, The Little Prince, transactional analysis
Resumo
Este ensaio propõe que os filmes podem ser observados a partir da perspectiva da análise transacional (AT), mesmo que não tenham sido concebidos sob essa abordagem. Argumenta-se que, com a análise transacional, esses filmes podem ser utilizados como recursos de apoio na prática profissional em Orientação. O objetivo é destacar como o filme “O Pequeno Príncipe” pode ser analisado com base nas premissas da AT para potencializar o uso desses materiais em intervenções no campo da Orientação. Utilizando a teoria da AT, conforme proposta por Eric Berne, com conceitos como análise estrutural e funcional da personalidade, transações, jogos psicológicos e roteiro de vida. Conclui-se que a AT possibilita a análise do ser humano em diferentes realidades, permitindo ao profissional de Orientação participar de vários processos de desenvolvimento pessoal, incluindo o autoconhecimento. Além disso, destaca-se o potencial dos materiais cinematográficos para serem analisados pela AT. Ao analisar um filme, como “O Pequeno Príncipe”, é possível identificar premissas da AT, oferecendo ao orientador a oportunidade de usá-lo e aplicar sua criatividade na construção de processos de trabalho alinhados aos princípios dessa disciplina.
Palavras-chave: Orientação, filme, O Pequeno Príncipe, análise transacional
Introducción
La Orientación es una disciplina que brinda la posibilidad, a las personas profesionales de esta área del conocimiento, de emplear su creatividad para así utilizar distintos recursos metodológicos que favorecen la construcción de procesos diversos de trabajo, como es el caso de: cuentos, dibujos, cortometrajes, entre otros; los cuales les permiten realizar diferentes intervenciones. Por tanto, se piensa en la posibilidad de que los largometrajes puedan ser observados desde la mirada del análisis transaccional (AT), aunque, no hayan sido pensados desde este enfoque; y, con esa mirada, cómo estos podrían servir como recurso de apoyo en intervenciones orientadoras.
Así que, el fin principal de este escrito es visibilizar cómo puede ser analizada la película El principito (2015) dirigida por el director Mark Osborne, a partir de premisas del análisis transaccional, para la potenciación del uso de este tipo de materiales en las intervenciones que se realizan desde la profesión de Orientación.
Por esto, este ensayo se encuentra estructurado del siguiente modo. Primeramente, se decide dedicar un apartado para definir ciertas premisas del AT para que se le facilite la comprensión del ensayo a la persona lectora. Posterior a esto, se realiza un recorrido teórico para que se pueda identificar cómo el AT ha sido empleado para el análisis de películas y, de esta forma, destacar que es realista llevar a cabo el análisis del filme El principito.
Con los dos aspectos aclarados anteriormente, en un tercer apartado se desarrolla un análisis de la película El principito a partir de premisas del AT; por último, en la cuarta parte, se sugiere desde la Orientación funcionalidades alternativas para el uso de la película El principito como un recurso de apoyo en intervenciones orientadoras. El ensayo se cierra planteando una serie de conclusiones, que nacen del desarrollo de este, y que abren la posibilidad de continuar analizando y haciendo uso de películas en el quehacer de la persona profesional en Orientación.
Desarrollo
¿Qué es el análisis transaccional?
Para dar inicio con el desarrollo de este ensayo, es importante conocer ciertas premisas que conforman la estructura del AT, y así facilitar la comprensión de este. Ahora bien, este enfoque, además de ser “una teoría de la personalidad, es una teoría de la comunicación que permite comprender y mejorar la calidad de las relaciones interpersonales” (Naranjo, 2014, p. 1). Se “basa en el análisis de cuatro argumentos clave: los estados del yo, las transacciones, los juegos psicológicos y los guiones de vida” (Coca, 2013, p. 72) y su objetivo final o propósito último es que la persona llegue a ser autónoma (Naranjo, 2014).
Algunas de las características más relevantes del AT, recopiladas de Naranjo (2014) y Coca (2013), se mencionan a continuación: Esta se encuentra basada en una filosofía positiva y de confianza en el ser humano, es un modelo de aprendizaje, no de enfermedad, es sencillo, está basado en las necesidades de todo ser humano y es objetivo, es predictivo, es diagramable. El AT facilita la integración de técnicas derivadas de otros enfoques, es contractual, es igualitario y favorece una autoexploración profunda.
Es necesario recalcar que para comprender este enfoque, se debe entender que los distintos argumentos con los que trabaja se encuentran interconectados; por esto, el primero de estos es el análisis estructural y funcional de la personalidad. Cabe señalar que, se hará mayor hincapié en este ya que es una base primordial para este escrito.
Así que, según Berne (citado por Naranjo, 2014), las características observables en el ser humano son posibles de clasificar en tres grandes grupos, que él denomina estados emocionales del yo, los cuales son: padre, adulto y niño (siendo esto algo estructural, y es común que se escriban con la primera letra en mayúscula -PAN- para hacer una diferenciación con conceptos similares). Es importante agregar que “se desarrollan progresivamente durante la infancia” (Coca, 2013, p. 73), naturalmente inherentes al ser humano (Vázquez y Francica, 2018, p. 121).
Según Berne (citado por Vázquez y Francica, 2018), al ser estos estados “sistemas coherentes de pensamientos y sentimientos manifestados por los correspondientes patrones de conducta” (p. 120), se presentan variaciones en el actuar y en el sentir dentro de cada uno de los estados emocionales del yo; por esto, existe una subdivisión aún más específica en cada uno de estos, que se denomina análisis funcional de la personalidad. Por ende, el padre se divide en tres: padre crítico, padre normativo y padre protector nutricio, el adulto no tiene subdivisión, pero puede llegar a ser positivo o negativo, y el niño se divide en cuatro: niño natural libre, niño adaptado sumiso, niño adaptado rebelde y niño creativo pequeño profesor (Berne, citado por Naranjo, 2014).
El segundo argumento o análisis del AT es el de las transacciones, que son un medio por el que se les comunica a las demás personas eso que se piensa, siente o hace, de forma consciente o inconsciente. Interactuando el estado emocional del Yo, de donde se dirige la persona emisora, con el estado del yo que recibe la receptora y viceversa, teniendo influencia los mensajes verbales y los no verbales, como los gestos, tono de voz y postura corporal (Naranjo, 2014).
Por otra parte, el tercer análisis del AT corresponde a los juegos psicológicos, siendo transacciones que poseen un mensaje oculto al enviarlo a otras personas, perjudiciales para las partes involucradas; pues como lo señala Naranjo (2014) son “una forma disfuncional de buscar satisfacer necesidades tales como la atención, el afecto o el reconocimiento, aunque esto se logre de manera negativa” (p. 226).
En consecuencia, el cuarto argumento del AT, denominado los guiones de vida, se define “como un plan de vida, algo como una obra dramática que la persona representa. Se relaciona con decisiones y posiciones psicológicas que se adoptaron durante la niñez” (Naranjo, 2014, p. 317). Adicionalmente, en cada persona este se encuentra “basado en mensajes, los cuales constituyen un marco de referencia sobre cómo actuar, relacionarse y vivir” (Naranjo, 2014, p. 325); además, son inconscientes y se encuentran influenciados por factores como la sociedad, religión, educación y la familia (Coca, 2013), y esto en el caso de la película en cuestión es esencial de analizar.
Desde el AT las caricias se refieren al “contacto, acción o mensaje tanto físico como verbal o simbólico con el que una persona transmita a otra algún tipo de reconocimiento, tanto positivo como negativo” (Opi y Beltrán, como se cita en Naranjo, 2014, p. 97); siendo estas un reconocimiento que la sociedad hace a las personas de manera consciente o inconsciente, repercutiendo en el desarrollo vital del ser humano.
El análisis transaccional empleado para el análisis de películas
El AT propuesto por Eric Berne es un enfoque de intervención muy versátil, que brinda la posibilidad de interpretar distintas realidades en las que puede participar el ser humano. Por esto, no es descabellado pensar que cualquier material cinematográfico como películas, cortometrajes, telenovelas, series de televisión, entre otros, puedan ser analizados desde este enfoque.
Ahora bien, si se conoce la teoría del AT y se mira con mucha atención y detenimiento cualquier material cinematográfico, es muy probable que se puedan identificar una serie de elementos de este enfoque. Esto ayudaría a profundizar y esclarecer lo que sucede y se percibe en la trama que se desarrolla, funcionando como “una herramienta que se puede utilizar no solo para una película sino implementarlo en la vida diaria y comprender ciertas situaciones y comportamientos en las que viven las personas” (Gutiérrez y Rosales, 2023, p. 96).
Según lo recopilado de Gracia (2014), Valbuena (2012), ) y algunos elementos característicos del AT que se pueden identificar con mayor frecuencia en las películas son: el análisis estructural y funcional de la personalidad, las transacciones, los juegos psicológicos, los guiones de vida y las caricias; puesto que, permiten un mejor análisis de las dinámicas dentro de las películas.
En la actualidad se encuentra una serie de películas que han sido analizadas desde el AT, donde distintas autorías han reconocido y profundizado en uno o varios de los argumentos que lo conforman. Por ejemplo, en el caso del largometraje Cartas desde Iwo Jima, Pérez (2014) enfatiza los juegos psicológicos (tercer análisis del AT) que se emplearon en el filme.
Por otro lado, tanto Díaz (2014) al analizar la película Buscando a Nemo, como Galletero (2014) al retomar la película llamada Hannah y sus hermanas, enfocan su atención en identificar los tres estados emocionales del yo (padre, adulto y niño) y las transacciones que ocurren entre sí en diferentes personajes.
Ciertos análisis de películas, llevados a cabo desde la mirada del AT, se basan principalmente en herramientas que son propias de este enfoque. Esto se puede ejemplificar con el trabajo realizado por Piza (2023) que, al analizar el largometraje Escuela de Rock, se concentra en el egograma, la economía de caricias, el cariciograma y el triángulo dramático.
No obstante, otros análisis realizados combinan algunos de los argumentos del AT junto con herramientas propias de este enfoque. Tal es el caso de Olivas (2023) que, en la película La ladrona de libros, distingue el análisis funcional de la personalidad, las transacciones y los guiones de vida; además de retomar el triángulo dramático y el egograma.
Asimismo, la película The Tale, analizada por Cruz (2023), resalta los estados emocionales del yo, las transacciones, juegos psicológicos y el guion de vida. De igual forma, para enriquecer su análisis él emplea el triángulo dramático y el cariciograma, los cuales son herramientas propias del AT.
Asimismo, Guzmán (2023) en la película Farinelli toma la participación de un solo personaje y profundiza en este; identificando los estados del yo, juegos psicológicos y el guion de vida para examinar el comportamiento de la persona. Además, con el fin de nutrir su análisis utiliza el egograma, cariciograma y triángulo dramático.
Por otra parte, con la investigación realizada por Padilla (2011) y Gutiérrez y Cervantes (2023), se puede resaltar el gran potencial que tiene emplear el AT para la confección de un guion cinematográfico. Dado que, la persona guionista tiene la posibilidad de realizar un análisis procesual de los fenómenos que rodean a la persona protagonista, facilitando el estudio de su personalidad y predicción de la futura interacción de transacciones con otras y otros personajes del filme; y, en consecuencia, siendo positivo para dar realismo a la trama que se desea desarrollar.
Además, el AT puede combinarse con el “análisis audiovisual, la colorimetría, el estudio de la banda sonora, el análisis de la composición coreográfica –dancística o del movimiento– y el análisis cinematográfico de las películas” (Gutiérrez y Cervantes, 2023, p. 26), favoreciendo un análisis más holístico de distintas problemáticas que se puedan presentar en la película o material cinematográfico.
Con lo anterior, es posible determinar que sí es factible realizar un análisis de materiales cinematográficos, como la película El principito, desde el AT; ya que dichos materiales cuentan con personajes que, por lo general, manifiestan los tres estados emocionales de la personalidad (yo padre, yo adulto y yo niño), o bien tienden a uno o dos de estos. Así que, al contar con esta información se puede generar una gran cantidad de análisis desde diferentes puntos de vista de este enfoque de intervención.
La película El principito vista desde el análisis transaccional
La película El principito es un largometraje que fue estrenado en el año 2015. Este filme es una adaptación del libro El principito escrito por Antoine de Saint-Exupéry, que se publicó en 1943. En la película se pueden observar dos tramas en las que se desarrolla la historia. En la primera, confeccionada desde una animación por computadora, se puede ver a una niña que sigue al pie de la letra todas las peticiones de su madre, y cómo al mudarse de barrio se genera una desestabilización por un vecino muy particular, que le enseñará a la pequeña protagonista a mirar el mundo con otra perspectiva. En la segunda, creada desde una animación cuadro por cuadro (stop motion), se desarrolla el relato del libro El principito en los momentos en que el vecino cuenta la historia o la niña lee fragmentos del libro.
Para efectos de este ensayo solo se tomará en consideración la primera trama con los personajes de la niña, la mamá y el vecino (el aviador); donde la niña de ocho años sigue a cabalidad todas las normas que le impone la madre, quien no lo ve como algo contraindicado, sino más bien como positivo para el futuro de su hija. No obstante, al mudarse de vecindario, ellas deben de afrontar varios cambios; como el tener un vecino que tiene un pensamiento muy diferente al de las otras personas y que llegará a generar influencia sobre la pequeña protagonista. Además, para realizar un análisis de la película El principito, desde el AT, se hará énfasis en el análisis de los guiones de vida, ya que estos son los que se identifican con mayor ímpetu a lo largo del filme.
Desde que da inicio la película se puede observar a simple vista que el clima escolar, las vestimentas de las personas, las viviendas y la ciudad cumplen con un ideal, siendo esto representado por colores grisáceos, ropa formal, casas homogéneas, comunidad ordenada de manera simétrica en cuadras de un mismo tamaño, y siempre señalando que es lo realmente esencial (la productividad, el orden, la organización y la planificación).
Lo anterior se podría relacionar con un guion cultural, que de acuerdo con Naranjo (2014) “son aquellas normas que surgen en una sociedad y que son aceptadas por la mayoría de sus miembros” (p. 318); puesto que, a la mayoría de las personas (que residen en ese lugar) no se les nota el disgusto de vivir bajo ese constructo social.
Sin embargo, “cuando el guion de la persona encaja con el guion cultural esta es aprobada, pero si su guion no armoniza con el de la cultura generalmente recibe desaprobación e incluso castigo” (Naranjo, 2014, p. 319). Y desaprobación es lo que recibe el personaje del aviador, por su forma de vestir, la organización de su casa con una infraestructura diferente, su manera de pensar y de ver el mundo, sus sueños y su forma de hablar. Sin duda, es un personaje que rechaza el guion cultural.
Esto también es evidente cuando el aviador decide prender su avioneta en el patio trasero de su casa y las cosas no salen bien, ya que la hélice del frente sale volando y hace un hueco en la casa de la niña y la mamá. Rato después cuando la policía llega, sus vecinos salen a observar lo que sucede, y lo desaprueban ignorando el saludo que dicho personaje les da e incluso dan media vuelta y se regresan a su hogar. Esa escena es una muestra de que “las personas tienden a aceptar y establecer relaciones con aquellas que tienen valores iguales o semejantes y a rechazar, juzgar y criticar a las que tienen valores diferentes” (Naranjo, 2014, p. 321).
Otro momento donde también se puede notar la desaprobación por la forma de vivir y de ser del aviador, es cuando la madre logra comprar la vivienda que está al lado de este; ya que no se había podido vender, pues nadie había querido adquirir ese bien que estaba al lado de la casa diferente. Pero, a la mamá le urgía que la niña ingresara a la academia que ella consideraba como la mejor. Entonces, ella no la compra por gusto, sino por la necesidad de un mejor futuro para su hija.
Sin duda, el guion de vida que interpreta el aviador en su adultez mayor no es bien visto en un mundo de adultos, pues este está dirigido por un adulto que no limita a su yo niño y lo deja ser libre; a tal punto que le da el permiso para detener una avioneta en su patio trasero, acumular aquellos objetos que considera valiosos para él o también llevar un emparedado de salchicha en su bolsillo a todos los lugares que va. Y no se puede olvidar su icónico dibujo de una boa constrictora comiéndose un elefante, que los adultos solo lo interpretan como un sombrero.
En contraste con lo que ocurre en su adultez mayor, en su infancia y desde un niño sumiso, el aviador dirige su guion de vida hacia la complacencia de los adultos que lo juzgan -desde sus padres críticos y normativos- para que abandone la extraordinaria carrera de pintor y, limitando a su niño creativo y niño natural, le indican que lo más apropiado es que se interese por carreras como Geografía, Historia, Cálculo y Gramática, llevándolo así a convertirse en un piloto de aviones. Esto está en concordancia con lo que indica Martorell (citado por Coca, 2013), quien dice que, al planear decisiones de gran importancia a muy temprana edad, como repercusión de lo indicado por figuras de autoridad y al ser justificado y reforzado positivamente “culmina en una alternativa elegida, a cuál determina un concreto curso de vida” (p. 78).
Si se presta un poco de atención, este contraste entre la infancia y la adultez mayor es la muestra de cómo el aviador tuvo la valentía de sacar a su niño rebelde -después de conocer a el principito- para hacer feliz a su niño natural y creativo, dibujando y escribiendo un conjunto de narraciones que se convertirían en lo que hoy se conoce como el insustituible libro de El principito.
Lo anterior ligado con Berne, quien indica que “cada uno es responsable de su propia vida y tiene el potencial de decidir, para bien o para mal, qué hacer con ella, pues todos tenemos los recursos necesarios para cambiar en pos de la autonomía” (citado por Coca, 2013, p. 72). El aviador tenía todo el potencial de realizarle los cambios que quisiera a su vida, solamente necesitaba de algo que lo potenciara a hacerlo, o quizás le hacía falta la inspiración de un pequeño principito.
Esos mensajes, que se transmiten de una generación a otra, pueden ir cargados de tanto de valores positivos como negativos. La familia es el primer lugar en donde se reciben las primeras directrices del yo padre y que el niño o la niña acoge sin contradecirlas; influenciando así su manera de vivir, de relacionarse con otras y otros y de actuar. Por lo tanto, frecuentemente la familia potencia que se mantengan “guiones culturales y subculturales. Los guiones familiares contienen tanto tradiciones como expectativas para sus miembros, que a veces se mantienen durante muchas generaciones y que se transmiten desde el estado padre de una generación a la otra” (Naranjo, 2014, p. 321). Así que, no es extraña la decisión que llegó a tomar el aviador en su infancia o el camino que la niña estaba siguiendo, pues en ambos casos un padre los estaba influenciando en su guion de vida.
No se puede olvidar que esa forma estructurada de vivir -donde sonreír, pero no mucho era lo apropiado; donde la puntualidad era lo primero o el usar la espalda recta y rígida- era un acto del diario vivir que se repetía constantemente en ese mundo imaginario de la película. Esto simbolizaba un guion cultural, y también mostraba la manera socialmente correcta en la que debía de actuar un adulto, lo cual se le transmitía a la niña protagonista.
Es importante tomar en cuenta que la niña estaba recibiendo información de cómo se debía comportar de manera socialmente correcta, no solo de su madre, sino también de la comunidad, la futura escuela y su padre ausente; ya que como lo explica Naranjo (2014) “naturalmente, la persona no solo recibe mensajes de su familia, sino que también, durante su proceso de socialización continúa recibiéndolos de muchas personas significativas, de otras instituciones sociales como la educativa y de la sociedad en general” (p. 324).
Profundizando un poco en la familia de la pequeña, se puede asumir que ella vivía solamente con su madre y da la impresión de que su padre no se encuentra, no porque se haya muerto, sino más bien que sus actividades de adulto lo mantenían tan ocupado que no tenía tiempo para regresar a casa y solamente se limitaba a enviar un regalo a su hija el día de su cumpleaños. Por su parte, la dinámica entre la madre y la niña estaba guiada literalmente por un plan de vida, el cual era un pizarrón con magnetos que contenía todas las actividades que la niña debía de seguir para tener una vida aprobada y monitoreada por su mamá.
De esta manera se restringía su niño natural y su niño creativo, que en la primera parte del filme presenta a la niña como un personaje que vive su guion de vida desde su niño sumiso, acatando todas las peticiones del padre crítico y normativo de su madre. Por ende, lo anterior está dirigido por uno de los mandatos del guion más nocivo, llamado no seas pequeño, que según Naranjo (2014) “se espera que la niña o el niño no satisfagan las necesidades propias de su edad, que se responsabilice y asuma papeles que no le corresponden, con lo cual se trunca la infancia de la persona” (p. 350). Recordando el largometraje, la pequeña protagonista atiende de manera militar y puntual actos como: levantarse de la cama al sonar el despertador, cepillarse los dientes y alistarse puntualmente, desayunar, hacer ejercicios, estudiar, almorzar, volver a estudiar, entre otras; dejando notar que a lo largo del día no existía un espacio de tiempo dedicado al ocio y entretenimiento según los gustos y preferencias de su niño natural o creativo.
Además, la niña permanecía la mayor parte del día sola en su casa, mientras su mamá iba a trabajar. Ella asumía responsabilidades de una persona adulta, lo cual se ve representado en la escena de la película cuando la hélice de la avioneta atraviesa la pared de la casa de la niña; ya que debió llamar a la aseguradora, llamar a la policía, tomar fotos, levantar una demanda, entre otros.
No obstante, conforme avanza la trama y conoce a su particular vecino, la niña fortalece a su niño rebelde y comienza a desafiar al padre crítico y normativo de su mamá. Sin embargo, no se puede negar que los valores que la madre le había enseñado a su hija estaban tan arraigados que -en un primer momento cuando el aviador la incita a entablar una conversación con la primera página de El principito, que se la arroja en forma de avión de papel- la pequeña rechaza el hecho de desapegarse de su rutina, leyendo los primeros renglones y tirándola al cesto de basura.
Tiempo más tarde, la niña desde su niño creativo, que se encuentra caracterizado por la curiosidad, regresa una vez más a leer la hoja de papel que contenía el corto relato de El principito, llevándola a conocer una forma de ver el mundo que no conocía. Después de ese suceso y de varios momentos de diversión, creatividad y espontaneidad junto al aviador, la pequeña protagonista se empieza a percatar que a ella no le gusta la vida que viven los adultos y comienza a rechazar “el guion cultural porque siente que carece de valor o no es aplicable a su vida” (Naranjo, 2014, p. 318). Es ahí donde la niña deja salir a su niño rebelde, desobedeciendo a su madre e incluso llegándole a mentir a ella y a su plan de vida.
Siendo lo anterior una toma de decisión importante para la niña y su futuro, pues se encuentra en una lucha interna. De esta manera, la niña “puede seguir sus propias tendencias, pero se arriesga a perder la aceptación de su madre” (Naranjo, 2014, p. 325). Esto, es un costo que la pequeña está dispuesta a pagar, dado que actuar como adulto desde un niño sumiso a tan corta edad no es tan satisfactorio para ella como ser niño natural o creativo.
Por otra parte, la madre es un personaje que vive su guion de vida desde un padre crítico y normativo y en ciertos momentos padre nutricio negativo, aferrándose a las costumbres que ha aprendido en su sociedad. Al parecer, está siguiendo los pasos de su esposo ausente, tanto así que su hija le reclama diciéndole “ahora eres igual que él, siempre ocupada trabajando, en cuanto desaparecerás también”.
Según lo observado en la película, la madre responde a varios guiones mencionados por Naranjo (2014) como: Ser el mejor (al querer que su hija ingresara a la mejor academia costara lo que costara), trabajar hasta más no poder (la señora salía muy temprano de la casa y regresaba en la noche), sufrir en silencio y soledad (no se nota en la mamá el dolor o tristeza a pesar de que su esposo no está con ella), mantener la imagen de la familia (se acoge a todos los requerimientos de la sociedad o en otras palabras al guion cultural).
Sin embargo, no podemos juzgar a la mamá por su forma de ser, ya que esa manera de interactuar y aferrarse a su guion de vida no es más que el resultado de su pasado y sus experiencias; pues como lo indica Naranjo (2014) la razón por la cual “las madres o los padres prohíben ciertos sentimientos a sus hijas y a sus hijos es porque ellas mismas o ellos mismos los tienen prohibidos dentro de sus guiones de vida y también su niño los percibe como amenazantes” (p. 353).
Asimismo, se puede observar en la película cómo la madre no tolera que su hija dedique su tiempo a emociones innecesarias como la curiosidad, pues para el cumpleaños número nueve de la pequeña le dice cuál será su regalo, dejando de lado el misterio o la sorpresa. Cabe señalar que dicho presente era un objeto indispensable para los estudios de la niña y no algo relacionado con sus gustos y preferencias. Igualmente, se puede notar que la señora no incentiva la creatividad y espontaneidad, esto porque la pequeña protagonista no resuelve una pregunta que le realizan los jueces de manera inesperada en la audición para ser aceptada en la academia.
Esa falta de estímulo a la espontaneidad limitaba en la niña una vida sana y creativa, ya que como lo señala Coca (2013) “los guiones que capacitan para una vida sana y creativa suelen formarse en un entorno familiar que proporciona mensajes positivos o permisos como estás bien, puedes pensar, puedes equivocarte o te quiero y me gustas (p. 80). Por tanto, ese acontecimiento inesperado evidencia que a la pequeña no se le permitía pensar por sí misma, y crear una respuesta creativa no fue una opción para ella. Lamentablemente, su única salida ante la frustración y la inminente equivocación fue el hecho de descompensarse y desmayarse.
Otro aspecto importante en el filme es que la niña no posee ningún espacio para tener amistades en el plan de vida, pues tiene una agenda muy ajustada. En cierto momento la madre intenta agregar un espacio y no es hasta casi un año después cuando agrega 30 minutos por semana para que se reúna con su amistad. De igual modo, la madre no le permite continuar teniendo en su posesión el zorro de peluche que el aviador le regala, y también le rompe las hojas donde se encontraba el relato de El principito, diciéndole basta de tonterías; lo cual limita el niño natural de su hija.
Conforme avanza la trama, la mamá -después de observar el cambio de pensamiento de su hija- le permite sacar a relucir su niño rebelde, ese que se rebela ante las injusticias con actos como perseguir en una bicicleta robada y bajo la lluvia la ambulancia donde se llevan al aviador para el hospital. Por tanto, la señora nota que su hija ha desarrollado otros valores que ella no le ha enseñado, pero que la niña necesita reforzarlos para ser feliz.
Así que la madre comienza a generar cambios en su forma de interactuar con su hija, como cuando la acompaña -desde su padre nutricio positivo- al hospital para visitar al aviador. O bien, cuando este último personaje fallece, la mamá se involucra en acompañar a la niña a mirar las estrellas y aprender del cuento El principito, dejando que su niño natural y padre nutricio positivo florezcan.
Algunas funcionalidades de la película El principito en la Orientación
Como se observó con anterioridad, los materiales cinematográficos tienen un amplio abanico de posibilidades para ser analizados desde el AT. Por lo que, desde la disciplina de Orientación existen una serie de opciones para emplearlos y, por ende, enriquecer las intervenciones orientadoras.
Así pues, la Orientación es una disciplina que promueve el principio de trabajar con personas de todas las edades (Miller, citado por Bisquerra, 1998). Por esto, la película El principito puede funcionar como una herramienta tanto para población infantil como para jóvenes y personas adultas. Por un lado, esta película cuenta con mensajes muy profundos para las personas adultas; por el otro, puede resultar bastante llamativa y entretenida para personas menores por los tipos de animación que presenta, y además les ofrece una serie de mensajes positivos y posibilidades de reflexionar.
Es importante destacar que la intervención orientadora responde al principio postulado por Miller, la cual se debe de aplicar a todos los aspectos del desarrollo humano (citado por Bisquerra, 1998). En consecuencia, “el análisis transaccional y la disciplina de la Orientación coinciden en que el ser humano tiene la capacidad de tomar decisiones adecuadas, buscar y alcanzar su bienestar personal” (Naranjo, 2014, p. 375). Por esto, el filme junto a la guía de la persona profesional en Orientación es sólo un medio para que la persona pueda tomar la decisión de hacer cambios a su vida, pero sin menospreciar que es de “gran importancia que la persona se pueda sentir apoyada en su esfuerzo por lograr un cambio que traerá beneficios a su vida. En este sentido, el aporte de las personas profesionales en Orientación resulta muy valioso” (Naranjo, 2014, p. 375).
Asimismo, si se emplea la película de El principito en procesos de Orientación, se tiene la oportunidad de abordar el tema de los guiones de vida; ya que en dicho filme se ejemplifican, tales como como: los culturales, ser el mejor, trabajar hasta más no poder, sufrir en silencio y soledad, mantener la imagen de la familia, entre otros. Así, la persona orientada tendría la posibilidad de tomar decisiones en relación con su vida, y plantearse preguntas como: ¿Me gustaría continuar con el guion de vida que tengo o prefiero cambiarlo?, siempre y cuando el filme se contextualice a la realidad de vida de esa persona.
Por otro lado, esta disciplina facilita procesos de desarrollo personal y autoconocimiento (Miller, citado por Bisquerra, 1998). En consecuencia, al momento de observar un largometraje, las personas pueden sentir mayor identificación con alguno de los personajes de una película que con otro, puesto que en ese llegan a encontrar características que se asemejan a sí misma o sí mismo, e incluso viendo reflejado su propio guion de vida (Valbuena, 2011).
Por lo tanto, desde la Orientación, cuando a una persona le es difícil verbalizar quién es o que se describa, se tiene la posibilidad de acudir a materiales audiovisuales -como películas- y consultarle sobre su personaje favorito en la película. Por consiguiente, existe una alta probabilidad que su mundo interno se vea reflejado en este cuando lo empiece a describir o presentar, favoreciendo así su proceso de autoconocimiento.
A su vez, un aspecto muy positivo del AT es que favorece una autoexploración profunda, que facilita dejar de lado guiones de vida que no son saludables. También es importante que la persona orientada pueda, según Naranjo (2014), “cuestionar y eliminar los mensajes y mandatos en los que están fundamentados, dejar de jugar juegos psicológicos, abandonar las máscaras, aplicar la ley de la abundancia de caricias, modificar posiciones existenciales negativas, abandonar el mito personal” (p. 375) y descubrir el verdadero yo.
Otro elemento del AT que se rescata del filme es la constante aparición de los diferentes estados emocionales del yo, que responden al análisis estructural y funcional de la personalidad. Así, es de gran relevancia que una persona orientada los identifique, ya que pueden favorecer a que consiga la comprensión y mejora de la calidad de sus relaciones con otras personas (Naranjo, 2014). En este sentido, Berne menciona que “el AT permite, en definitiva, comprender nuestras relaciones, sentir y tomar conciencia de nosotros mismos y actuar para cambiar” (citado por Coca, 2013, p. 72).
No obstante, la persona profesional en Orientación debe estar consciente de que tiene la responsabilidad de promover la “beneficencia y la no maleficencia” (Colegio de Profesionales en Orientación, 2012, p. 1) en todas las personas orientadas, principalmente si se trabaja con población infantil; puesto que, como lo señala Miller en uno de sus principios, esta disciplina es responsable ante la persona y la sociedad.
Asimismo, Berne señala que “las personas poseen un impulso innato hacia el bienestar pero que puede truncarse por otras personas o educadores durante los primeros años de vida” (citado por Coca, 2013, p. 72), como sucedió en el caso del aviador que de niño tenía sus propios sueños, pero los adultos le hicieron cambiar de opinión. El bienestar debe promoverse, siempre que no perjudique el de las demás personas.
Conclusión
En síntesis, al culminar este ensayo, se identifica una serie de resultados que dan muestra del fruto de este escrito. Por esto, se consigue determinar que el AT, al ser un enfoque de intervención holístico, brinda la posibilidad de analizar al ser humano desde diferentes planos en los que se encuentre; ofreciendo la opción de que la persona profesional en Orientación pueda tener una compresión más profunda de la persona orientada y su realidad, y colabore en procesos de autoconocimiento, desarrollo personal y también en la comprensión y mejora de la calidad de las relaciones interpersonales (Naranjo, 2014).
Asimismo, con lo recuperado de Pérez (2014), Díaz (2014), Galletero (2014), Piza (2023), Olivas (2023), Cruz (2023) y Guzmán (2023), se visualiza que los materiales cinematográficos están colmados de potencial para ser analizadas desde el AT, identificándose el análisis de los cuatro o uno de los argumentos clave de este. De esta manera, es positivo emplear las películas para intervenir personas de forma individual o bien con poblaciones, ya que estas son variadas y abordan temas tan diferentes. Por tanto, hay facilidad para encontrar filmes según cada necesidad.
También, se concluye que la película El principito se puede analizar y emplear en diferentes intervenciones orientadoras, siempre y cuando tengan relación con la necesidad presentada por la persona orientada y se apeguen a los principios de la Orientación como los planteados por Miller (citado por Bisquerra, 1998). Esto favorece el abordaje de temas como los estados emocionales del yo y guiones de vida, guiones culturales y familiares o ciertos tipos de guion como ser el mejor, trabajar hasta más no poder, sufrir en silencio y en soledad, y mantener la imagen de la familia.
Además, a las personas profesionales en Orientación se les recomienda emplear -cada vez que se tenga la posibilidad- las películas o extractos de estas en sus distintas intervenciones; analizándolas desde el AT para fortalecer el quehacer profesional y diversificar los materiales de apoyo, siempre y cuando estén adaptadas a las edades y realidades contextuales de la población meta.
Por otra parte, este ensayo deja la puerta abierta para que la mayoría de las personas profesionales de dicha disciplina se aventuren en el análisis de películas o algún otro material cinematográfico; y con esto, pongan en práctica su pensamiento crítico, pensamiento creativo, entre otras habilidades. Asimismo, aún hay diferentes aspectos que pueden analizarse desde el AT en la película El principito. De esta manera, se podría profundizar en la segunda trama, en la banda sonora, la colorimetría, entre otros; y enfocar el análisis en argumentos como las transacciones o los juegos psicológicos.
Declaración de conflictos de intereses
La persona autora declara que no tienen vínculos con actividades o relaciones personales conocidas que influyan de forma inapropiada en el proceso editorial.
Referencias
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