Revista Costarricense de Orientación

ISSN 2215-6615

Vol. 4 Num. Especial, 2025, p. 1-13

https://www.rco.cpocr.org/index.php/rco/index

https://doi.org/10.54413/rco.v4iEspecial.72

La elección de carrera en el siglo XXI: Entre la incertidumbre y la indecidibilidad

Career Choice in the 21st Century: Between uncertainty and undecidability

Escolha de carreira no século XXI: Entre a incerteza e a indecisão

Héctor Magaña-Vargas

Universidad Nacional Autónoma de México

https://ror.org/01tmp8f2

Revista Mexicana de Orientación Educativa

Ciudad de México, México

hmvunam@gmail.com

https://orcid.org/0009-0004-9383-7914

Recibido: 25 de junio de 2024 / Aceptado: 25 de marzo de 2025

Resumen

En este ensayo se presentan reflexiones en torno al debate sobre el libre albedrío y la indecidibilidad en el proceso de la elección de carrera profesional. Se aborda desde la perspectiva transdisciplinaria y, como eje de análisis, se toman autores clásicos y contemporáneos. Se pone en tela de juicio el libre albedrío en un contexto de disrupción tecnológica y se propone actualizar a la persona orientadora hacia la autoorientación y centrada toda acción en el sujeto.

Palabras clave: elección de carrera, orientación educativa, libre albedrío, indecidibilidad

Abstract

This essay reflects on the debate about free will and undecidability in the career choice process. It is approached from a transdisciplinary perspective, using classical and contemporary authors as the focus of analysis. It questions free will in the context of technological disruption and proposes updating the counselor toward self-guidance and centering all action on the subject.

Keywords: career choice, educational guidance, free will, undecidability

Resumo

Este ensaio apresenta reflexões sobre o debate sobre livre-arbítrio e indecidibilidade no processo de escolha de uma carreira. É abordado numa perspectiva transdisciplinar, tendo como eixo de análise autores clássicos e contemporâneos. O livre-arbítrio é questionado em um contexto de disrupção tecnológica, e propõe-se atualizar o orientador em direção à auto orientação e à centralização de toda ação no sujeito.

Palavras-chave: escolha de carreira, orientação educacional, livre arbítrio, indecidibilidade.

La identidad ocupacional será considerada por lo tanto no como algo dado sino como un momento de un proceso que se halla sometido a las mismas leyes y dificultades que aquel que conduce al logro de la identidad personal. Este planteo descarta de plano la idea de que la vocación es algo dado, un “llamado” o destino preestablecido que hay que descubrir.

(Bohoslavsky, 1979, p. 44)

Desde luego, que podrías ser perfectamente feliz cediendo toda la autoridad a los algoritmos y confiando en ellos para que decidan por ti y por el resto del mundo. Si es así, limítate a relajarte y a disfrutar del viaje. No es necesario que hagas nada: los algoritmos se encargarán de todo. Si, en cambio quieres conservar cierto control de tu existencia personal y del futuro de la vida, tendrás que correr más de prisa que los algoritmos, más que Amazon y el gobierno, y conseguir conocerte a ti mismo antes de que lo hagan ellos.

(Harari, 2019, p. 294)

Introducción

En el aniversario de la Revista Costarricense de Orientación se invitó a reflexionar sobre los temas de la empleabilidad, la construcción de carrera y la justicia social. Ante la dificultad de abordar los tres ejes de análisis, este trabajo se centrará en el debate sobre la construcción de carrera desde la perspectiva de la incertidumbre y la indecidibilidad en estos tiempos de posmodernidad, postpandemia y posverdad.

Estos dos epígrafes de un clásico de la Orientación y de un escritor contemporáneo que no presentan aparentemente un vínculo con la Orientación, exponen reflexiones y propuestas significativas que toda persona profesional en dicha disciplina debiera conocer y apropiarse. Se tomaron en cuenta con la intención de generar un debate abierto con la comunidad de personas educadoras y orientadoras, siguiendo como eje de análisis la mirada transdisciplinaria que permita ampliar lo más posible y desde diversos enfoques teóricos y epistémicos el complejo tema que reúne a esta comunidad.

Algunas de las preguntas que guían este ensayo son las siguientes: ¿El libre albedrío para elegir un futuro profesional es hoy una ilusión o posiblemente una disonancia cognitiva?, ¿la incertidumbre domina la decisión de carrera de manera determinista?, ¿el sujeto está hoy dominado por la ciencia de los datos y la disrupción tecnológica?, ¿la indecidibilidad en la elección de carrera tiene solución?, ¿cuál es el papel que debe jugar el orientador y la orientadora en la elección de carrera con la juventud actual?, ¿los paradigmas clásicos de la Orientación son vigentes actualmente o es necesario la creación de nuevos paradigmas explicativos?

La mirada, la perspectiva teórica y epistémica de este trabajo se encuentra enmarcado desde la transdisciplinariedad, donde se retoma la sociología, las ciencias de la educación, el análisis del discurso educativo, la psicología y la filosofía, principalmente.

Se le ofrece al lector una reflexión sobre las condiciones actuales de un sector importante de la población en edad escolarizada que busca construir su futuro profesional en diferentes modalidades y niveles. Este sujeto de la Orientación se enmarca en un contexto de gran complejidad, de una enorme diversidad de opciones y posibilidades y, al mismo tiempo, de una gran incertidumbre donde la única certeza es que no hay certezas.

La juventud de hoy forma parte de una sociedad hipertecnologizada y, al mismo tiempo, es considerada hiperindividualista. Según Lipovetsky (2002), eso los lleva a conformarse como sujetos narcisistas dejando a un lado su carácter gregario y alejándose cada vez más de la acción colectiva, comunitaria y social.

Ante este panorama surge la pregunta: ¿las decisiones de vida, de carrera, de un futuro profesional son producto de la elección con libertad o son presa de la sociedad de consumo y de la manipulación constante que sufren en las llamadas redes sociales?

En orientación educativa y profesional se considera que las decisiones son producto de actos volitivos e intencionales, que hay de por medio autorregulación, concienciación, de emociones, sentimientos, un sentido ético y de gran responsabilidad sobre la decisión del futuro. Estos son, al menos, los valores que forman parte de la profesión de orientadores en los diferentes niveles en que se ejerce la praxis socioeducativa.

Ante tal perspectiva, la tensión permanente sobre estas diversas concepciones parece que se exacerba y genera antagonismos irreconciliables. Esto significa que estas y otras muchas explicaciones al proceso de elección, siguen su marcha y es muy probable que permanezcan por un largo tiempo. En este breve ensayo se pretende exponer las tesis centrales de estas diversas explicaciones y fomentar la reflexión constante entre el colectivo de educadores y orientadores, para generar un sentido ético y crítico sobre la praxis orientadora.

La orientación educativa en tiempos de incertidumbre

En todo momento de la vida de un sujeto está presente el miedo al fracaso, el temor a elegir una decisión equivocada, a buscar siempre la certeza, la seguridad en toda situación y circunstancia, evadiendo enfrentarse a la ambivalencia entre el deseo y el placer.

Por ejemplo, en los fenómenos de desastres de la naturaleza, ¿se sabe en qué día y hora y lugar se va a presentar un sismo y de qué magnitud? O, en las ciencias sociales, ¿se sabe con exactitud y precisión cuánto tiempo dura un matrimonio o un noviazgo? No hay una respuesta precisa y certera a tales preguntas, aunque hay fenómenos donde es posible predecir o que sí se sabe lo que puede suceder con un alto nivel de certidumbre o de certeza. O bien, si una persona fuma en exceso, la consecuencia es un posible enfisema pulmonar o incluso cáncer. Si una persona falta a clases y no cumple el mínimo de asistencia, la consecuencia es la no acreditación de la materia.

En la actualidad ya no se sabe con precisión cuándo empiezan y terminan las estaciones del año como se enseñaba en los libros de texto en el nivel básico. Hoy hay lluvias atípicas o, lo contrario, una sequía prolongada que afecta al planeta por el incremento de incendios forestales debido a, principalmente, la crisis ambiental y el calentamiento global que se sufre.

En educación y en la orientación educativa no se puede seguir con el discurso de estudia y triunfarás como un principio determinista, sino, empezar a cambiar los discursos con argumentos, razonamientos y sentires que le permita a la juventud construir sus propios proyectos de vida (así en plural) donde sea capaz de deconstruir, resignificar y transformar permanentemente su sentido de vida en todas las esferas de la sociedad y el contexto histórico-social en el que se desenvuelve.

La incertidumbre es parte de la vida actual. Aprender a vivir con estas circunstancias es lo que posibilita construir y deconstruir diversos caminos educativos, laborales y de vida siempre con la mira de que es posible llegar a buen puerto o, inclusive, fracasar, y de esta manera volver a empezar una nueva ruta. Se apuesta a la generación de condiciones para crear un alto nivel de resiliencia en el estudiantado, de tal manera que sean capaz de enfrentar las adversidades que le presenta la vida y salir fortalecido. Aprender de los fracasos y reconocer de manera autocrítica los principales errores y, de esa manera, volver a construir nuevos y prometedores proyectos.

Sobre la indecidibilidad

Se utilizará el concepto de indecidibilidad a partir de la teoría posestructuralista de corte Derridiana, donde implica una deconstrucción polisémica y el sujeto se enfrenta a la dificultad, negación, resistencia, e inclusive imposibilidad de decidir, de elegir de entre diversas posibilidades una y solo una carrera profesional. (Derridá, 1997)

¿Es posible identificar personas que sean incapaces de desarrollar sus procesos intelectuales, creativos y afectivos emocionales de tal manera que les resulte casi imposible tomar la decisión de elegir una profesión? ¿Que se muestren incapaces de tomar las riendas de su vida laboral y profesional? En mi experiencia como profesor y orientador durante varias décadas he podido identificar algunos adolescentes que forman parte de este grupo de indecisos. Aunque en estos momentos de la sociedad del conocimiento y la información me parece que ya no son los menos, sino los más.

Harari (2019) señala que “el sentido de la vida es de un modo un poco como jugar con una granada de mano activada: una vez que se la pasas a alguna otra persona, estás seguro” (p. 305). Esta frase ilustra muy bien lo que podría estar sucediendo con la juventud de hoy. La juventud dice que no es capaz de decidir y le delega a otros su futuro laboral y profesional. Esos otros pueden ser los padres de familia, unos amigos o unas amigas, el sacerdote, la profesora o el profesor y orientadores. Y ahora en la sociedad del conocimiento la orienta Google, Facebook o la inteligencia artificial.

También las personas jóvenes insisten en que una forma de tener alguna certeza de su decisión y cierta confiabilidad es cuando exigen la aplicación de instrumentos psicopedagógicos que les señalen e indiquen lo que deben estudiar según los resultados de las pruebas. Y si bien es cierto que son instrumentos que favorecen la toma de decisiones, de ninguna manera se puede afirmar que son predictores del futuro profesional por sí mismos. Principalmente ahora que han surgido infinidad de carreras de nuevo tipo, como las llamadas las profesiones del futuro, que presentan un perfil profesional bastante complicado y que supera por mucho las definiciones de las carreras tradicionales y, por ende, no hay aún test que las puedan identificar o evaluar.

Algunos ejemplos son: Ciencias genómicas que integran las disciplinas de biología, física, matemáticas, antropología, química y estadística. Ciencias forenses donde participan disciplinas como las matemáticas, psicología, medicina, biología, física, derecho, química e inglés. Ciencias de la tierra que poseen conocimientos en física, química, matemáticas, computación e inglés y, además, se orientan hacia el estudio de ciencias atmosféricas, ciencias espaciales, ciencias acuáticas, ciencias ambientales y ciencias de la tierra sólida.

Estas y muchas otras son las llamadas nuevas profesiones o carreras del futuro. Rompen con las ideas tradicionales, y la decisión se torna compleja. Ahí está la acción orientadora de actualizarse constantemente sobre la profesiografía moderna, para ofrecer diferentes alternativas con base en el conocimiento claro, preciso y confiable acorde a las necesidades de las personas jóvenes.

El futuro ya está aquí y es el momento de romper paradigmas y actualizarse constantemente para mirar otras perspectivas, otras teorías y otras disciplinas:

Cómo prepararnos y preparar a nuestros hijos para un mundo de transformaciones sin precedentes y de incertidumbres radicales. (…) ¿Qué tipo de habilidades necesitará para conseguir trabajo, comprender lo que ocurre a su alrededor y orientarse en el laberinto de la vida? ¿Quién soy? será una pregunta más urgente y complicada de lo que nunca fue. (Harari, 2019, pp. 285 y 290)

Desde la llamada filosofía de la ciencia se mencionan múltiples teorías y paradigmas explicativos de la toma de decisiones concentradas en dos ramas principales. La teoría de la decisión normativas y la teoría de la decisión descriptivas. También hacen referencia a que las decisiones, en general, se abordan como procesos individuales o las realizadas en grupo, y esta condición cambia sustancialmente el proceso de elección.

Finalmente, Resnik (1998) considera que en todo momento de decisión se presentan tres componentes:

1. Los actos de decisión: Son las acciones por realizar

2. Los estados de decisión: Las condiciones bajo las cuales se toman las decisiones.

3. Los resultados de la decisión: El proceso final de la decisión.

Este y otros paradigmas han estado presentes a lo largo del tiempo y han sido las guías de un sector importante de orientadores que los tomaron de manera acrítica a pie juntillas, y elaboraron un modelo de toma de decisiones con procesos de entrada y salida de información, que si lo aplicaban a su toma de decisiones luego lograrían una decisión inequívoca. Resnik (1998) hace una advertencia al respecto:

Por desgracia, la mayoría de nuestras decisiones deben basarse en lo que creemos que probablemente ocurrirá, de modo que no podemos estar seguros de que nuestras decisiones vayan a traducirse en los mejores resultados posibles. Aun así, nuestras elecciones deberían estar basadas tanto en la información que tenemos a nuestro alcance, como en una estimación precisa de los riesgos asociados, puesto que ésta es claramente la única aproximación racional a la toma de decisiones. (p. 35)

Algo que se ha identificado en las trayectorias académicas de algunas personas alumnas es lo siguiente: primero eligen una carrera determinada, luego deciden continuar sus estudios de especialidad o maestría en otras áreas diferente a la licenciatura y, finalmente, terminan el doctorado en sectores diferentes a las anteriores. Estas trayectorias profesionales son siempre cambiantes. La identidad profesional se ha modificado significativamente y el vínculo laboral es uno de los factores determinantes; es decir, se obtiene un trabajo no por lo que se estudió, sino donde hay espacios laborales.

En la actualidad algunas personas empleadoras deciden contratar a sus profesionales independientemente de la carrera de origen, siempre y cuando tengan las competencias indispensables que les exige el puesto de trabajo:

Los humanos como individuos y la humanidad como un todo tendrán que habérselas cada vez más con cosas con que nadie se topó antes, como máquinas superinteligentes, cuerpos modificados, algoritmos que puedan manipular nuestras emociones con asombrosa precisión, rápidos cataclismos climáticos causados por el hombre y la necesidad de cambiar de profesión cada década [énfasis agregado]. (Harari, 2019, p. 291)

La autora del libro Datanomics (Llaneza citada por Romero, 2019), en una reseña de este, es incluso más enfática al afirmar que los jóvenes efectivamente son presa fácil de las empresas llamadas GAFA (Google, Apple, Facebook, y Amazon) y, según su investigación, es casi imposible salir de la vigilancia digital:

Porque casi todos tenemos una huella digital, nos guste o no. Y las nuevas generaciones, la generación Z, incluso antes de nacer. Me llaman la atención la cantidad de gente que envían hasta las ecografías de los futuros bebés por WhatsApp, por no mencionar los sistemas monitorizados de los bebés, de música, etc. que funcionan en el internet de las cosas; vamos, que a los jóvenes de hoy los tenemos monitorizados desde que son un cigoto. (p. 2)

Pues bien, a través de toda la información que el usuario les proporciona de manera gratuita a estas empresas, estas tienen el propósito de obtener un perfil exacto y preciso con todos los datos biométricos que se obtuvieron de todas las redes sociales ya mencionadas. Las personas se encuentran frente a la posibilidad de una realidad distópica, donde estas empresas son capaces de concentrar toda la minería de datos posibles para predecir los comportamientos y los deseos de las generaciones de jóvenes, y también de algunos sectores de personas adultas.

El libre albedrío

El libre albedrío es una cualidad fundamental de todo ser humano; sin embargo, en la actualidad las personas se preguntan si en realidad son dueños de sus propios actos, por lo que la voluntad de decidir está severamente cuestionada, y ha sido derrotada por otros procesos subjetivos como el deseo. Desde la filosofía el libre albedrío se expresa como: “Esa dignidad eminente se manifiesta de modo especial en la libertad de la voluntad y de la razón, por la cual somos dueños de nuestros propios actos y responsables de nuestro perfeccionamiento personal y social”. (Orrego, 2020, p. 275)

Orrego (2020) va más allá y hace referencia a dos formas opuestas y complementarias en que se expresa el deseo: una como un deseo intelectual, racional, derivado de ideas y pensamientos. Otra, un deseo sensible ambiguo o, en otras palabras, ambivalente, que puede ser el caso de querer elegir dos carreras al mismo tiempo, aunque se sabe de antemano que solo se puede y debe elegir una. Entonces, la ambivalencia se resuelve superando la pérdida de lo que no se eligió, de las opciones diversas que se tuvieron que dejar fuera y aprender a desprenderse de ellas, para asumir el compromiso y la responsabilidad de la que sí se eligió entre otras razones o deseos intelectuales porque fue una decisión voluntaria o cuasi voluntaria.

Se dice fácil y se expresa racionalmente como si en realidad todo fuera tan sencillo, pero en los hechos se ve como algunas personas jóvenes estudian una carrera elegida de manera racional y en sus tiempos libres o en la otra mitad de su vida siguen otros deseos, y logran su autorrealización en otras actividades profesionales; por ejemplo, en la mañana estudian medicina y en las tardes se dedican a la música u otra actividad realmente placentera.

Aquí entra en juego la noción de lo que los griegos llamaban la akrasía, es decir, la falta de control y dominio de la voluntad que se ha resquebrajado, debilitado, y ha sido derrotada. Esta falta de voluntad akrasica es la que se observa en la comunidad que se deja llevar por el control y la manipulación de las redes sociales y algunos medios de comunicación:

Nos estamos volviendo menos inteligentes, más cerrados de mente e intelectualmente limitados por la tecnología… Eso hace que vivamos en sociedades más polarizadas, que pensemos de manera más emocional y menos racional, aun cuando se trata de asuntos muy complejos. Hemos visto todo tipo de efectos dañinos que emergen de la pereza y la conveniencia de nuestra decisión de usar las redes sociales como el principal medio para informarnos sobre cualquier cosa. (Blasco, 2021, p. 3)

Esta noción del libre albedrío vista desde la filosofía plantea si es posible y deseable ofrecérsela a la comunidad de estudiantes que se encuentra justo en el momento decisivo de su vida para elegir lo que considera que cubre sus necesidades, expectativas, posibilidades, aptitudes y deseos. Justo en estos momentos históricos donde las personas son presa de influencias sociales que ahora se han convertido en verdaderas imposiciones, manipulaciones y controles de las vidas.

La libertad de elegir por medio de la razón y de la capacidad para ejercer el libre albedrío por acciones volitivas se ha cuestionado, principalmente cuando aparecen otros factores determinantes y subjetivos e intersubjetivos, es decir, emotivos y afectivos e impregnados de deseos siempre presentes como algo inalcanzable, fantasioso y en constante transformación.

Este es el sujeto de la elección que es presa fácil de lo que la sociedad le pide, le impone, le sugiere, le provoca, es decir, de alguna manera es seducido. Así Harari (2019) pone en tela de juicio al libre albedrío desde la sociología y la historia de la humanidad:

Si por “libre albedrío” entendemos la libertad para hacer lo que deseamos, entonces sí, los humanos tenemos libre albedrío. Pero si por “libre albedrío” entendemos la libertad para escoger qué desear …, entonces no, los humanos no tenemos libre albedrío. (p. 326)

Ahora se elige lo que dictan los medios masivos donde proliferan los programas de cocina, show de cocina, concursos de cocina, competencias internacionales de cocina, premios internacionales en algún platillo exótico que tanto gusta a cierto sector de la sociedad, tendencias en redes sociales de cocina; luego, la juventud alienada elige la carrera de chef profesional, de gastronomía, aunque nunca en su vida haya tenido contacto con la creación de alimentos o como se dice popularmente: cuando se meten a la cocina hasta el agua se les quema.

Se habla inclusive de la posibilidad de perder la capacidad de libre albedrío. La libertad de elegir una profesión está severamente cuestionada, y aunque es un principio básico de la Orientación decidir con libertad, en estos momentos históricos se observa un severo cuestionamiento. El mismo Bohoslavsky (1979) lo advertía en la década de los setenta del siglo pasado en su texto sobre la perspectiva clínica en orientación vocacional: “Tú no eliges, la sociedad ya decidió por ti”. Esto hace alusión de que en ciertos contextos socioeconómicos y culturales la sociedad clasista ya le determinó a la persona un lugar dónde vivir, una escuela y una profesión.

El que elige, por lo tanto, no está eligiendo solo una carrera. Está eligiendo con que trabajar, está definiendo para qué hacerlo, está pensando en un sentido para su vida, está eligiendo un cómo, delimitando un cuándo, y dónde, está eligiendo insertarse en un área específica de la realidad ocupacional. Está definiendo quién ha de ser, o sea que está eligiendo un rol adulto, y para hacerlo no puede basarse en otra cosa que en quién es. (Bohoslavsky, 1979, p. 71)

Desde la perspectiva psicoanalítica social y comunitaria se ha considerado que la elección en este caso vocacional es un proceso donde se debe resolver los duelos de las pérdidas y de lo que se dejó de elegir, es decir, resolver la ambivalencia de lo que se dejó y asumir la decisión que se ha tomado con la posibilidad de acertar o equivocarse; esto significa entender que no hay certezas y la incertidumbre siempre estará presente y que se debe aprender a vivir en estas circunstancias.

La libertad luego entonces está acotada, limitada, sobredeterminada. Y esto les sucede a todas las personas, aunque con mayor impacto a la población más vulnerable: los niños y las niñas, adolescentes y jóvenes. Se afirma que la revolución tecnológica ha llegado a tal grado que casi todo lo que se ve, compra, escucha, come, viste, etcétera, está controlado por algoritmos que se encuentran en los dispositivos móviles y en las computadoras. Es más, se habla inclusive que está manejando y controlando hasta las emociones y sentimientos de las personas, ya que ha llegado al extremo de influir sobre los votantes para manipular elecciones supuestamente libres y democráticas.1 (Harari, 2014, 2016 y 2019;

Lo que está sucediendo en la actualidad es que las personas regalan los datos biométricos para que Google entrene su herramienta de reconocimiento facial, y estas lo hacen sin darse cuenta de que están proporcionando información que es utilizada sin consentimiento. Controlar los teléfonos celulares es la forma en que se controla la identidad de las personas usuarias.

Lo cierto es que nunca habíamos tenido de manera conjunta la capacidad de recabar datos con enorme granularidad (hasta el punto de identificar a un individuo por como interactúa con su teléfono), almacenarlos durante largo tiempo y sin límite de capacidad, y de analizarlos con rapidez y precisión. (Llaneza, 2019, p. 20)

Actualmente, los ingenieros cibernéticos y la robótica están creando programas informáticos capaces de detectar algunas de las emociones humanas con el simple movimiento de los ojos y los músculos faciales, que es lo que capta inmediatamente cualquier dispositivo móvil. Se habla de que hay más celulares que personas en el mundo.

Una vez que la inteligencia artificial decida mejor que nosotros las carreras e incluso las relaciones, nuestro concepto de humanidad y de la vida tendrán que cambiar. Los humanos están acostumbrados a pensar en la existencia como un drama de toma de decisiones. La democracia liberal y el capitalismo de libre mercado ven al individuo como un agente autónomo que no para de tomar decisiones sobre el mundo. (…) ¿Qué pasará con esta forma de entender la vida si cada vez confiamos más en la IA para que tome las decisiones por nosotros? (Harari, 2019, p. 77)

Entonces, ¿es posible que el libre albedrío de cada persona sea cuestionado ahora con la inteligencia artificial y sea decidido por un algoritmo en el futuro profesional? ¿En el futuro cercano desaparecerán los orientadores de carrera? ¿Cómo y hacia dónde dirigir la praxis orientadora, de tal manera que las personas sean capaces de enfrentar y resolver estos retos actuales?

Hacía la construcción de la orientación alternativa y emergente

La orientación educativa, vocacional y profesional para estos tiempos de postpandemia la he caracterizado como Orientación de, por y para la vida. En estas épocas considero que, la Orientación y sus respectivos enfoques,2 son para la vida, en el sentido de que rebasan los ámbitos escolarizados en lo que desde hace años atrás se ha denominado: Orientación más allá de sus fronteras. Caracterización producto de reflexiones entre algunos estudiosos e investigadores latinoamericanos que han coincidido en la Orientación desde una perspectiva crítica.

En este contexto, la Orientación se sustenta en el sujeto como eje central de esta praxis orientadora y parte del reconocimiento de que la única certeza en estos momentos históricos es la incertidumbre. Reconocer esta situación genera en el sujeto procesos de alto nivel de concienciación que le permiten autoorientar su futuro por medio del desarrollo del pensamiento divergente y lateral, de tal manera que le sea posible construir y deconstruir su proceso de elección sobre la realidad cotidiana en su contexto y en las múltiples determinaciones.

Hablar de la Orientación solo en el ámbito escolar es una verdadera limitación; por ende, tal disciplina debe romper las barreras de lo escolarizado y transitar para abrir espacios más amplios donde son urgentemente requeridos sus servicios.

En este sentido la Orientación debe impactar en otros senderos de intervención, como los trabajos con grupos vulnerables, con las minorías de todo tipo: raciales, de clase social, discapacidad, género, incluyendo la comunidad lésbico-gay y las trabajadoras sexuales. Además, intervenir precisamente con las personas excluidas de siempre que han sido abandonadas por décadas, como el alumnado que ha solicitado un lugar en las escuelas públicas y ha sido rechazado sistemáticamente por limitaciones de espacio según las autoridades respectivas. Estos grupos de personas excluidas han sido marginados de las políticas oficiales y algunos se han convertido en carne de cañón para la delincuencia de todo tipo.

Profesionales en Orientación ahora no saben qué hacer cuando sus alumnos y alumnas les dicen que han encontrado el deseo de convertirse en narcos o sicarios entre sus proyectos de vida hacia el futuro, a diferencia de otras épocas que deseaban desarrollar la vocación para ser profesionistas de la medicina, la psicología, ingeniería y demás.

Desde otra perspectiva se han identificado otros trabajos publicados sobre las personas excluidas, como el caso de las trabajadoras sexuales y la orientación vocacional en una ciudad de Colombia de las autoras Yarce, Pantoja, Salazar y Ramos (2017). En dichas publicaciones se logró identificar otras preferencias ocupacionales, como las actividades artísticas, literarias, de servicio social y científicas, y con respecto a sus preferencias profesionales se destacan las carreras de enfermería, psicología, derecho, medicina y mercadeo. Finalmente, se ofrecían terapias ocupacionales como una opción a su trabajo sexual junto con otros apoyos psicosociales y de orientación vocacional, para construir de manera alternativa otros proyectos de vida alejados de su actividad laboral sexual.

Desde otro enfoque, en la ciudad de Sao Paulo, Brasil otro equipo de orientadores, bajo la coordinación del orientador Silvio Duarte Bock, trabaja la Orientación desde la óptica de y hacia las clases pobres. En su instituto de orientación profesional este autor ha implementado su praxis con un enfoque centrado en las necesidades de este sector de la población excluido por su condición social.

Se construye bajo la perspectiva histórico cultural vigotskiana. Este enfoque es significativo porque considera al sujeto de la Orientación como alguien que es capaz de procesar sus elecciones profesionales con alto nivel de conciencia, desarrollando procesos psicológicos superiores y actos volitivos.

En el caso de Argentina, el equipo integrado por Rascovan y otros (2018) abordó la orientación vocacional con sujetos vulnerabilizados a través de la metodología de corte socio-comunitaria. El centro de la acción orientadora es hacia el sujeto que ha sido excluido de las opciones educativas públicas y privadas por falta de una política de inclusión y sin considerar las necesidades educativas especiales de estos grupos minoritarios de la sociedad. Ser pobre y estar en condición de discapacidad es una doble exclusión, señalan los autores, y es el momento histórico de ofrecer diferentes alternativas de intervención a estos sectores de la sociedad largamente invisibilizados.

Rascovan (2018) sintetiza su tesis central de la siguiente manera:

Sujetos vulnerabilizados que, junto a otros, buscan y encuentran formas de subjetivación que escapan a la lógica sobreadaptativa. Sujetos con discapacidad; en situación de encierro; con consumo problemáticos; adultos mayores; transgénero. Que viven en zonas rurales muy alejadas, que no trabajan ni estudian y que intentan por distintas vías zafar de los procesos de estigmatización y coagulación identitaria y constituirse en sujetos protagonistas de sus vidas a partir de la posición desventajosa y minoritaria que tienen en la sociedad. (p. 29)

De esta forma, en Argentina hay propuestas alternativas que se han fortalecido desde décadas atrás con una visión crítica de la Orientación y enfocada en trabajar con las personas jóvenes, cuya pertenencia a alguna de las minorías sociales son de urgente atención.

A manera de síntesis, presento mi postura frente a la Orientación a partir de las reflexiones recientes, al ofrecer una propuesta emergente ante las expresiones hegemónicas:

Sostengo que la orientación en sus diversas acepciones es una construcción discursiva toda vez que en todo momento el orientador y la orientadora elaboran un discurso que pretende influir en el imaginario del futuro de los jóvenes estudiantes. Que este discurso orientador se ve reflejado en el contexto histórico, social, político y cultural en el que nos desenvolvemos y que, además, va a tener un impacto dentro y fuera de la escuela o de los espacios formalmente constituidos como centros educativos. La praxis de la orientación luego entonces se convierte en un diálogo entre el orientador y el orientando. Es un encuentro de múltiples posibilidades, de la misma manera que en este proceso el sujeto construye y deconstruye sistemáticamente. En esta aparente libertad de elección el sujeto decide sobre condiciones objetivas, subjetivas e intersubjetivas. En el sujeto alienado se busca la liberación que plantea Freire, liberar al sujeto del mundo alienado y esta desalienación pasa por proceso de concienciación y de una profunda reflexión ontológica. Es posible que en el trabajo de orientación en las instituciones estemos realizando un ejercicio alienante y reproductor de las diversas expresiones del poder. (Magaña, 2017, p. 6)

No es un problema sólo psicológico, sino también de corte social, contextual, histórico, político y de política educativa, económico e ideológico, es decir, despsicologizar, tal y como lo propuso Bohoslavsky (1979), y considerar diversos aspectos más allá de sus fronteras. El proceso de elección implica vislumbrar las múltiples dimensiones de análisis donde se encuentra inmerso el sujeto en falta, incompleto, el sujeto cuestionado y en deconstrucción permanente. (Lacan, 2007)

¿Esto es justicia social?

Aquí surgen algunas preguntas de investigación: ¿Quiénes son las personas alumnas aspirantes que logran pasar el examen de ingreso y si hay alguna relación entre la clase social media y alta y, por el lado opuesto, se deja afuera el alumnado de clase social baja?

¿En realidad hay personas alumnas que reprobaron el examen? Según datos de la propia institución, el lugar se asigna conforme a quien obtenga el máximo puntaje hasta cubrir todos los lugares disponibles, o, en otras palabras, hay alumnas y alumnos que en una escala del cero a cien no lograron su lugar a pesar de obtener resultados satisfactorios (arriba del percentil sexto), porque no lograron el puntaje óptimo dado al límite de lugares.

Según datos de las propias autoridades universitarias, el total de aciertos del examen es de 120, de tal manera que este es el dato mayor y es posible que el alumnado que logró, por decir, 100 puntos, no obtuvo un lugar en la UNAM porque simplemente no había cupo para estas carreras que tienen un grave problema de sobredemanda o están saturadas. Aunque ya hay otras opciones como la Coordinación de Universidad Abierto y Educación a Distancia (CUAIEED), aun así, no se cubren las necesidades.

¿Es posible que la ciudadanía común acceda a las escuelas de gran prestigio académico que pertenecen al ranking internacional más alto? Las 10 mejores universidades del mundo en formar profesionales en medicina son: John Hopkins, Harvard; en Latinoamérica, UNAM, Sao Paulo, Buenos Aires. En UNAM, en el examen de ingreso para la convocatoria 2023, hubo 27,195 aspirantes a la carrera de médico/a cirujano/a y solo había 326 lugares disponibles. En el siguiente cuadro se ejemplifican las cuatro carreras de mayor demanda y el índice de aceptación y, por ende, de rechazo; de cada 100 aspirantes solo hay espacio para uno o dos aspirantes (UNAM, DGAE 2023). Así se expresa la ley de la oferta y la demanda en la sociedad actual.

Tabla 1

Oferta y demanda de la licenciatura en la UNAM, en el concurso a ingreso 2023

Carrera

Oferta

Demanda

% Aceptación

Médico/a cirujano/a

326

27,195

1.2%

Psicología

300

10, 816

2.8%

Nutriología

052

02,433

2.1%

Artes Visuales

030

02,394

1.2%

TOTAL

708

42,838

1.6%

Nota. Elaboración propia basado en UNAM-DGAE (2023).

La gran paradoja es que hay un déficit de médicos y médicas en México, a tal grado que se menciona una cifra estimada de 100 mil a 120 mil. Y la cifra aún es más grave cuando se hace referencia a médicos/as especialistas, donde incluso se han tenido que traer de otros países, como el caso de miles de especialistas cubanos que han sido contratados por la administración actual para cubrir estas plazas faltantes.

Este es el contexto que se presenta en México y en la UNAM, aunque es solo una escuela, en realidad es una muestra representativa de lo que sucede en la región latinoamericana, al ser parte de las llamadas macro universidades con una población de casi 400 mil estudiantes en todos los niveles. Queda, como una asignatura pendiente, realizar los análisis respectivos en cada país de la región latinoamericana y señalar, si es el caso, la gravedad de la inclusión y exclusión educativa.

Una situación similar se presenta al hacer un análisis sobre el cuarto nivel, donde las personas aspirantes a un posgrado (especialidades, maestrías, doctorados y posdoctorados) son aún más excluidas. Esto sucede sobre todo en las instituciones académicas de prestigio en el ámbito internacional, en las cuales si no se obtiene una beca es casi imposible sufragar los gastos que estas exigen; no obstante, existen algunas opciones como las becas crédito, donde primero se estudia y después se paga grandes cantidades de dólares.

Hacia dónde avanzar y a modo de cierre

Hoy es importante pensar que las decisiones fundamentales de la vida se encuentran plagadas de infinidad de elementos intervinientes, y como parte de la complejidad de la vida actual. Decidir sobre los futuros posibles implica tomar en cuenta cuestiones básicas que fueron ignoradas en antaño, como las siguientes: la ideología, las creencias, las emociones y los afectos (el sentipensar), las condiciones socioeconómicas, el contexto histórico social en que se vive y, por otro lado, ser consciente de que las personas son manipuladas constantemente por las redes sociales y los algoritmos que eligen por ellas.

Como se observa, no hay un solo camino ni siquiera definitivo hacia la toma de decisiones, y por más que se construyan teorías y paradigmas diversos siempre estarán presentes la ambigüedad, la incertidumbre, los antagonismos, las paradojas y, en esta dialéctica de la vida, la contradicción entre lo racional y lo irracional, lo objetivo y lo subjetivo, el pensamiento y las emociones.

Mi postura es el regreso al sujeto de la Orientación desde la perspectiva de Freire (1996), donde se refiere a la vocación ontológica, es decir, es el regreso al ser, al individuo, a la persona, al autodescubrimiento de sí mismo. Saber quién eres y qué quieres en la vida. Esto significa pasar de la alienación a la desalienación con un alto nivel de concienciación.

En este sentido, el concepto de vocación presenta otros sentidos y significados en estos juegos de lenguaje que siguen marcando el signo de nuestros tiempos como una forma de resignificar y desemantizar las nociones que aprendimos y que en la actualidad debemos de desaprender para volver otra vez a seguir aprendiendo (Magaña, 2017).

Desarrollar la capacidad de discernimiento, es decir, de identificar lo falso de lo verdadero, lo correcto de lo incorrecto, lo científico de lo anticientífico o dogmático, de ser capaz de identificar las noticias falsas de las verdaderas.

Finalmente, terminaré con el autor que originó el debate y la reflexión con una gran advertencia hacia las nuevas generaciones y hacia la sociedad en general:

Cómo prepararnos y preparar a nuestros hijos para un mundo de transformaciones sin precedentes y de incertidumbres radicales. (…) ¿Qué tipo de habilidades necesitará para conseguir trabajo, comprender lo que ocurre a su alrededor y orientarse en el laberinto de la vida? ¿Quién soy? será una pregunta más urgente y complicada de lo que nunca fue. (Harari, 2019, pp. 285 y 290)

Declaración de conflictos de intereses

La persona autora declara que no tienen vínculos con actividades o relaciones personales conocidas que influyan de forma inapropiada en el proceso editorial

Referencias

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Magaña, V. H. (2017, 19-22 de septiembre). La orientación educativa y profesional desde los paradigmas emergentes: Un abordaje posestructuralista [Ponencia inédita]. XIII Congresso Brasileiro de Orientação Profissional e Carreira. Campinas, Brasil.

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1 El ejemplo más reciente fueron las elecciones manipuladas con algoritmos muy precisos en las votaciones para elegir al presidente de los EE. UU. y el referéndum del Brexit. Uno de los integrantes de este equipo (psicólogos, publicistas, informáticos, entre otras profesiones) publicó todo este proceso en su libro llamado Mindf*Ck: Cambridge Analytica.

2 En estos tiempos posmodernos el concepto de Orientación y sus respectivos enfoques se han modificado sustancialmente al grado tal que la Orientación, según algunas personas autoras, se debe modificar por otra noción que dé cuenta del proceso de reflexión sobre la construcción del presente y el futuro personal y profesional. Al respecto, consultar Rascovan (2016 y 2018), Magaña (2015), Alfonso Riveiro (2018), entre otros.